Robó el cepillo de la iglesia y se enfrenta a tres años de cárcel

Robar monedas del cepillo de la iglesia de Betlem, en la Rambla de Barcelona, le puede costar muy caro a Gerard B, de 29 años. Este landronzuelo con antecedentes penales y extoxicómano (ahora dice estar rehabilitado) está acusado de forzar con un cuchillo la caja de donativos de la parroquia el 16 de junio del 2017. Este martes ha sido conducido por los Mossos desde la prisión de Lledoners (Sant Joan de Vilatorrada),  donde cumple condenas anteriores, a la Audiencia de Barcelona, donde ha sido juzgado por la sustracción en la parroquia.

La fiscalía le atribuye un delito de robo con fuerza en las cosas. En un principio, le reclamaba cuatro años de prisión, pero en la vista la acusación ha rebajado a tres años, al aplicarle la atenuante de drogadicción. "He consumido heroína, cocaína. Estaba muy mal y viviendo en la calle. Pasaba muchos días sin dormir. No me acuerdo de nada", ha explicado Gerard, que está enganchado desde los 12 años, según su entorno. Su abogado de oficio, Ricard Esteban, ha intentado por todos los medios de salvarle de una dura condena. Ha solicitado la absolución o que solo se le castigara por una falta de hurto, descartando el delito de robo con fuerza. "No hay ninguna pericial que demuestre que se rompió la cerradura de la caja", ha insistido.

El vídeo grabado por las cámaras de seguridad de la iglesia está en su contra. En la imagen se percibe como el acusado, según la policía, fuerza la caja. El imputado ha declarado en el juicio que no se reconoce en esa película y que no recuerda nada de lo que pasó ese 16 de junio del 2017. El fiscal sostiene que ese día, sobre las 10.08 horas, Gerard, "actuando con ánimo de obtener un lícito beneficio patrimonial", entró en la iglesia, que estaba abierta al público. Con un cuchillo, añade, "violentó" la cerradura de la caja de donativos e hizo suyo el dinero que contenía. Aunque no se sabe a ciencia cierta la suma que había en el cepillo, se calcula que serían unos 30 euros. La parroquia no reclama.

Ocho condenas

Gerard fue detenido por la noche, tras haber intentado de nuevo quedarse con el dinero que los fieles había depositado en la caja de donativos después del que el párroco de la iglesia arreglara la cerradura. En esta segunda ocasión, no la forzó. Solo zarandeó el cepillo poniéndolo boca abajo para que las monedas salieran por la ranura. Una persona lo vio y llamó a la Guardia Urbana. Al llegar el párroco al centro de culto, los policías estaban allá. Les explicó que había arreglado la caja tras ser forzada y les entregó el vídeo grabado por las cámaras de seguridad En las imágenes, según las fuentes consultadas, se observa la cara del acusado que, al menos, tiene ocho condenas, la mayoría por un delito de robo con fuerza en las cosas.

La petición de condena contra Gerard es de tres años por varias razones. Porque se considera que forzó la caja de donativos, porqué lo hizo en un lugar abierto al público y por su reincidencia. Pero a pesar de esa petición de pena, el tribunal se ha interesado en saber su situación procesal (la posible acumulación de anteriores condenas para calcular su estancia en prisión) y si estaba o no desenganchado de la droga. Él ha asegurado que sí, que en la cárcel sigue un tratamiento para superar ese problema. Incluso, ha mostrado a los magistrados los brazos en señal de que ya no se pinchaba. "Me han hecho análisis y no consumo", ha explicado- Como ha asegurado a este diario el abogado de la defensa, este caso es una "disfunción del sistema", a tenor de los tres años de prisión que se reclama a Gerard que es lo que marca el Código Penal. Los jueces tienen ahora la última palabra.