Las invisibles: niñas migrantes y desplazadas

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mats-lignell-save-the-children / Mats Lignell

MARIBEL CUESTA. SAVE THE CHILDREN

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Muchos de los proyectos que desarrollamos en Save the Children son posibles gracias a fondos europeos. Mi labor como Técnica de donantes europeos ha hecho que este año asistiese por primera vez a los EDDs (European Development Days), una cita que la Comisión Europea viene organizando desde 2006. Se trata del foro líder en desarrollo que reúne anualmente a todos los actores del sector para compartir ideas y experiencias inspiradoras que hagan nacer nuevas alianzas e innovadoras soluciones a los más exigentes desafíos mundiales.

En esta edición, el tema elegido ha sido la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres como objetivo de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030. Bajo el título “Mujeres y niñas en primer plano del Desarrollo Sostenible: proteger, empoderar, invertir”, se desarrolló en Bruselas la agenda de los EDDs, estructurada en tres grandes áreas temáticas destinadas a asegurar la integridad física y psicológica, a fortalecer la voz y participación de mujeres y niñas de todo el mundo y a promover su empoderamiento y derechos socio-económicos.

Dentro de este último bloque se ha incluido las vulnerabilidades de las mujeres y niñas migrantes. En él, Save the Children junto con otros socios como el Consejo Danés para los Refugiados, la Organización Internacional de Migraciones y UNICEF, organizó un “Brainstorm  Lab” donde  ponentes de las cuatro organizaciones junto con Stefano Signore, Jefe de la Unidad de Migración y Empleo de la Comisión Europea, animaron a los participantes a debatir sobre cómo abordar mejor las necesidades de las niñas migrantes o desplazadas.

Uno de los principales desafíos que surgen al hablar de esta temática, es que apenas existen datos sobre los movimientos migratorios protagonizados por mujeres. Se estima que más de 3 millones de niñas se han desplazado en África, según Naciones Unidas, sin datos sobre si viajan solas o acompañadas o su procedencia rural o urbana; y aunque las niñas representan aproximadamente el 50% de la infancia migrante, sólo llega a Europa el 9%. La ausencia de cifras y de su oportuno análisis, mantiene una vez más invisibilizada la situación de las niñas que deciden emprender una ruta migratoria. Porque esta es otra realidad escondida: la migración genera vulnerabilidades y riesgos de forma diferenciada para hombres y mujeres, pero no convierte a sus protagonistas en víctimas “per se”. La migración es para muchas mujeres el camino hacia su autonomía y desarrollo personal: de aquellas que dejan sus lugares de origen en busca de mayores oportunidades de educación y empleo o huyendo de matrimonios infantiles.

El debate estuvo localizado geográficamente en el Mediterráneo (Central y Oriental) y Cuerno de África. Según datos de la OIM, 8 de cada 10 niños, niñas y adolescentes que han recorrido la ruta Central denuncian situaciones de explotación, riesgo que se duplica cuando se trata de la ruta del Este por su mayor recorrido. Y por supuesto, entre los riesgos que durante el trayecto pueden enfrentar las mujeres y niñas, se encuentra su especial vulnerabilidad a ser víctima de violencia sexual y de redes de trata con fines de explotación sexual, con el consiguiente estigma permanente para las mujeres que denuncian. En segundo lugar gran parte de las niñas se emplean en servicio doméstico, el ámbito en el que posibles situaciones de abuso y trabajo forzado una vez más se mantienen escondidas. Además, durante la ruta migratoria, las niñas y mujeres tienen un acceso limitado, cuando no nulo, a los servicios básicos, administrativos e instalaciones higiénico-sanitarias.

El segundo gran desafío es, a partir de estas vulnerabilidades y riesgos diferenciadas por género, diseñar y desarrollar políticas de respuesta a la migración en origen, tránsito, destino (vinculadas a la integración y no discriminación) y al posible retorno (trabajando con las comunidades de origen), pero asegurando que tales políticas no generan nuevas vulnerabilidades y riesgos para las niñas. A este particular, Save the Children España implementa desde 2016 con fondos de la Comisión Europea un Trust Fund en África dirigido a aumentar la protección de los niños migrantes contra la explotación y la trata.

Se hace imprescindible y urgente cambiar el discurso imperante en migración y hacer de la movilidad de niñas y mujeres una oportunidad para avanzar hacia el logro de la igualdad de género, no restringiendo o limitando los movimientos migratorios sino a través de políticas de protección que minimicen los riesgos que esta movilidad entraña para las mujeres. Y hay un mensaje claro que trasladar a las comunidades de origen, tránsito y destino: La migración genera también oportunidades en todas ellas que deben identificarse y utilizarse en el desarrollo de políticas de protección a las personas que migran.