VIDAS DE EXCLUSIÓN

Las mujeres sintecho denuncian agresiones físicas y sexuales

Casal del barri de la Prosperitat

Casal del barri de la Prosperitat / periodico

Teresa Pérez

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Las mujeres sintecho son minoría en un mundo de hombres. Lo que se encuentran en la calle no es recomendable ni reconfortante. Machismo en grado superlativo, agresiones físicas y sexuales… son las hostilidades a las que tienen que enfrentarse con el escaso coraje que les queda cuando lo han perdido todo. La mitad padecen problemas psíquicos.

Llegan a la calle en peores condiciones que los hombres, en un estado de mayor fragilidad. La mayoría han escapado de su hogar por situaciones de abuso, de violencia por parte sus parejas. Y así han renunciado al techo familiar y han acabado durmiendo a la intemperie. El panorama en la calle es igualmente hostil. Las pocas cifras que existen revelan que una cuarta parte de las sintecho ha sufrido agresiones sexuales.

Red de atención

La calle es territorio masculino. Lo ratifican los datos. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, duermen al raso entre el 14% y el 16% de mujeres, el resto son hombres. El porcentaje va en aumento. Acaban en la calle porque "toda la red social que les protegía se ha roto y la ruptura es mucho más grande", asegura Clara Naya, una de las promotoras de la asociación Lola, no estàs sola, junto a Beatriz Dengra. La entidad tiene en este colectivo su razón de ser, ya que rescata de la calle a mujeres para que dejen de estar olvidadas y de ser invisibles y "para dotarlas de un espacio seguro". Hasta ahora han atendido y han dado visibilidad a ocho, una de ellas una madre con dos menores. La otra, Yolanda Galmes. Algunas, sin embargo, prefieren seguir durmiendo entre cartones. No quieren abandonar la calle. "Es que la calle engancha, te da libertad", apunta Galmes. 

La mayoría de las sintecho arrastran episodios de violencia machista en sus hogares y comprueban que la calle es más de lo mismo. "En el mundo de los sintecho se dan muchas situaciones machistas. A ellas se les penaliza mucho", explica Naya. La situación desconsuela. "Se sienten muy solas, la mayoría están deprimidas. Han abandonado a la pareja y a los hijos", añade Dengra. Hay pocas pernoctando en la calle y, además, las pocas que están ocupan un espacio que no les corresponde porque "el rol de género solo es posible en el espacio privado", apunta Naya. El miedo les hace aumentar la autoprotección. "Algunas incluso prefieren dormir de día y permanecer la noche en vela para evitar sustos",  afirma Dengra.

Feminismo

Naya y Dengra ponen el foco en otra discriminación. Cuentan que a los hombres sus familias les suelen facilitar que mantengan con ellas algún vínculo afectivo. A las mujeres, sin embargo, hasta eso se les niega. "Una madre que se queda sin sus hijos tiene, además, un sentimiento de culpabilidad porque cree que no ha sabido cuidarlos", afirman. La calle también estigmatiza porque "la gente se pregunta qué ha pasado para que acabes así", apunta Dengra. 

La asociación Lola, no estàs sola critica que las políticas de atención a las personas sin hogar no tengan a ellas en cuenta a las mujeres cuando analizan el fenómeno de los sintecho. "No tienen mirada de género", afirman. Dengra añade que el objetivo de la entidad "es hacer el acompañamiento desde otro enfoque, desde el feminismo y el rol de género y no desde la mirada de los servicios sociales porque están muy institucionalizados y dejan de lado el tema emocional". Las organizaciones sociales que abordan la carencia de la vivienda afirman que: "Es necesario que los recursos se adapten a la presencia femenina y que no sientan la calle, los albergues o los comedores sociales como espacios violentos y machistas".

La entidad se ha tenido que remangar para buscar ayudas económicas. No siempre ha sido fácil y muchas veces han tenido que predicar en el desierto hasta el punto que su objetivo inicial que era abrir dos pisos para acoger a seis mujeres se tambaleaba y tuvieron que reinventar el proyecto. La solidaridad económica consistía en el salario de trabajadoras por su día de huelga el 8 de marzo. Este miércoles, sin embargo, todo el proyecto se ha relanzado ya que les han concedido una ayuda municipal y otra de una entidad financiera