Los 123 menores no acompañados del 'Aquarius' se quedarán en València

Inmigrantes a bordo del barco 'Aquarius'.

Inmigrantes a bordo del barco 'Aquarius'. / periodico

Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez llamó a Carmen Calvo el domingo por la noche, alarmado por la situación del 'Aquarius', el barco de la oenegé francesa Sos Méditerranée, detenido con 629 migrantes a bordo entre Italia y Malta sin que ninguno de los dos países haya querido hacerse cargo de ellos. El jefe del Ejecutivo trasladó a la vicepresidenta que algo había que hacer, según fuentes gubernamentales, y así es como echó a caminar la primera medida importante de Sánchez como presidente.

El barco, junto a dos fragatas italianas, llegará probablemente a València este sábado, y a partir de ahí el Gobierno tendrá que decidir qué hacer con los migrantes. Autonomías como la Comunidad Valenciana, Euskadi, Baleares, Aragón y Andalucía, junto a ciudades como Barcelona, Zaragoza y Madrid, ya han ofrecido su ayuda. El Ejecutivo quiere distinguir entre las situaciones de todos los afectados. En primer lugar se encuentran los menores no acompañados, que según el Ejecutivo son 123. Todos ellos, explican fuentes de la Moncloa, se quedarán en València. También las mujeres embarazadas que viajan en el ‘Aquarius’. Con el resto de sus pasajeros, continúan los mismos interlocutores, Interior tendrá que estudiar sus casos para valorar si pueden acogerse a asilo.

“No podíamos permanecer impasibles"

"Lo que hemos hecho supone cumplir con nuestras obligaciones internacionales", ha dicho este martes Calvo, quien ha resaltado la "imagen impecable" que ha traslado España, sabiendo interpretar "el espíritu de solidaridad" de sus ciudadanos. "No podíamos permanecer impasibles", ha insistido la vicepresidenta, encargada de dirigir la operación.

Calvo comenzó a hacer gestiones el lunes por la mañana, tras la llamada de Sánchez. Sobre todo con el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, para acordar la acogida de los inmigrantes, la mayoría de origen subsahariano; y con el capitán del 'Aquarius', Alexander Moroz. A las 10 de la noche, Moroz dijo a la presidenta que se veía incapaz de llegar a València. No podía, explicó, garantizar la seguridad de todo el grupo en un solo barco. Calvo contactó entonces con la presidenta de Baleares, Francina Armengol, buscando que el trayecto hasta tierras españolas fuera más corto.

Armengol aceptó acoger a los inmigrantes, pero finalmente el 'Aquarius' llegará a València. Después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, hablara con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y con el embajador de Italia en España, las autoridades italianas ofrecieron dos embarcaciones para realizar el trayecto.

De los 629 inmigrantes, cerca de un centenar viajará en el 'Aquarius', que no tiene más capacidad para albergar a gente a cubierto. El resto se desplazará en dos buques de la Guardia Costera y la Marina de Italia, un país que ha cerrado sus puertos a los migrantes por orden de su ministro del Interior, Matteo Salvini, líder de la Liga, un partido de ideología xenófoba. Salvini, explican en el Gobierno español, no quería que los pasajeros del barco de la oenegé Sos Méditerranée pisaran suelo italiano.  

"Se trataba de una crisis humanitaria", concluyen en la Moncloa, con satisfacción por haber "cumplido con las obligaciones internacionales" y haber sabido "interpretar los deseos de los españoles". El jueves o el viernes, Calvo se desplazará a València para coordinar todo el dispositivo. De momento, no está previsto que ni ella ni el propio Sánchez acudan al puerto a recibir a los migrantes.