FEMINISMO DIGITAL

Las redes sociales como motor del feminismo: cómo los hashtags unifican el discurso de las mujeres

#MeToo, #LasFeministasQueremos y #Cuéntalo han servido para empoderar a las mujeres

Una mujer con el lema #MeToo escrito en la mano gesticula en París.

Una mujer con el lema #MeToo escrito en la mano gesticula en París.

Mamen Hidalgo

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La Red es un elemento esencial de empoderamiento colectivo, un mecanismo de identificación que une necesidades, da voz democráticamente y genera estrategias de actuación. En esta línea, el feminismo ha utilizado en los últimos meses tres hashtags potentes que han mostrado la necesidad de millones de mujeres de compartir su relato públicamente. Primero fue #MeToo, en respuesta a las agresiones sexuales de Harvey Weinstein en Hollywood. Después, en España, #LasFeministasQueremos y #Cuéntalo sirvieron para identificarse, tejer red y luchar por un objetivo común.

Así lo expresa Isabel Mastrodoménico, impulsora de #LasFeministasQueremos, hashtag del que ha nacido un libro con el mismo nombre sobre las necesidades de este movimiento. Para la creadora de la Agencia Comunicación y Género, la clave del éxito de estas etiquetas es la ruptura de la brecha digital. "Hemos tenido un desembarco enorme de chicas feministas, de mujeres que han aprendido a optimizar sus perfiles. Antes nos estábamos movilizando en entornos muy locales, y estas redes nos han permitido sumar estrategias, compartir lo que estamos haciendo en una pequeña ciudad y darnos cuenta de que las mujeres que están en Buenos Aires o Helsinki están exigiendo cosas similares".

En la misma línea se expresa Cristina Fallarás, impulsora de #Cuéntalo, una etiqueta que surgió de la indignación por la sentencia de La Manada generando un efecto espejo en miles de mujeres. "El hashtag crea mecanismos de identificación. El relato estaba tapado, y lo que pasa cuando lo tapas es que desaparecen los mecanismos de identificación de tal manera que no se puede responder de forma conjunta, no hay un relato conjunto", explica. "Las redes sociales han permitido desarrollar ese relato paralelo al de las instituciones. Con #Cuéntalo o #MeeToo, una estanquera de Vallecas es igual que una actriz de Hollywood, se reconocen ambas, crean un movimiento internacional y solidario. Eso es bestial, porque no hay un movimiento político de este tipo".

Una etiqueta para sumar

"Cuando tenemos conciencia de género, trabajamos de forma contraria al sistema patriarcal: sumamos", dice Isabel Mastrodoménico. "Y este desembarco masivo nos está permitiendo conocer los mecanismos para poner en marcha el cambio". No se trata de una forma de manifestación, sino de comunicación, insiste Fallarás: "Es muy importante dejar claro que son mecanismos de comunicación conjuntos que nos han robado. Te reconoces en la otra persona y te manifiestas conjuntamente. De ahí la utilidad de estas etiquetas. La conciencia de clase existe hasta que la borras. La conciencia de género directamente no existía".

Hablamos de palabras claves que se terminan por convertir en símbolos, y que facilitan el reconocimiento en las vivencias de otras mujeres. Desde el hartazgo, la rabia, el dolor funcionan. Pero también desde la alegría. "Ha sido muy empoderante poder decir en voz alta todo aquello sobre lo que estamos pensando", concluye Mastrodoménico. Y desde la alegría de ese empoderamiento, el patriarcado se ve amenazado: "Molestamos".

¿Cómo trasladar el relato a la política?

Ángela Rodríguez, diputada de Podemos en el Congreso, explica que el seguimiento de estas etiquetas no se hace tanto como diputadas, sino como feministas en las instituciones. "Entre otras cosas, porque muchas veces los vivimos como mujeres en primera persona. Yo he publicado tuits con todos esos hashtags sin ir más lejos".

Esas necesidades que se muestran a través de la red, se convierten en prioridades legislativas. "Es inevitable. Tenemos como prioridad absoluta terminar nuestra ley de libertades sexuales y contra las violencias sexuales; porque mucho de lo que hablan esos hashtags es de la impunidad en estos casos", dice. "Celebramos el giro que en los últimos años ha conseguido la politización de muchas mujeres en primera persona a través de las redes y del feminismo. Esto es una revolución, una quinta ola feminista que tiene su primer impulso en estos hashtags y en España".