Polémica

Pesqueros japoneses matan a 122 ballenas embarazadas

La flota nipona ha capturado 333 cetáceos en cuatro meses, también docenas de inmaduros

Ballenas en la Antártida

Ballenas en la Antártida / CHARLES LITTNAM WWF-AUS

El Periódico

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Los pesqueros japoneses mataron a 122 ballenas minke embarazadas durante los cuatro meses que duró su controvertida expedición anual a la Antártida, que finalizó en marzo. Así lo indica un informe de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), en el que se subraya además que en dicha campaña, calificada de "macabra e inutil" por los defensores de los animales, se sacrificaron 333 ejemplares, de los que aparte de las embarazadas había otras docenas de inmaduras.

Humane Society International, una organización que lucha por el bienestar animal, lamentó que las cifras eran "impactantes" y subrayó que no son más que "un triste testimonio de la crueldad de la caza de ballenas japonesa". "Esta es una nueva prueba de la naturaleza verdaderamente macabra e inútil de la caza de ballenas, mientras que ha resultado que la investigación no letal es suficiente para fines científicos", manifestó una de las líderes de este grupo, Alexia Wellbelove.

Moratoria despreciada

Japón es signatario de la moratoria de caza de ballenas de 1993 de la CBI, pero afirma practicarlo para la investigación cerca de sus costas en el Pacífico y la Antártida, aunque la realidad indica que gran parte de la carne se vende en el mercado. Noruega e Islandia son los únicos países del mundo que participan abiertamente en la caza comercial de ballenas. Tokio, por su parte, está tratando de demostrar que la población de ballenas es lo suficientemente grande como para apoyar la reanudación de la caza comercial.

La Agencia de Pesca de Japón ha defendido este jueves una vez más la posición del país, señalando que los cetáceos en desarrollo no fueron específicamente atacados. "Capturamos las ballenas de forma totalmente aleatoria", dijo Yuki Morita, quien está a cargo del tema en la agencia. "El Comité Científico de la IWC certifica que la cantidad de ballenas que cazamos es tan buena como sea necesaria para la investigación, y no a un nivel que pueda poner en peligro la conservación de las poblaciones", manifestó. E insistió: "La alta proporción de ballenas embarazadas es notable (...), lo que sugiere que podemos esperar un crecimiento de las existencias".

Desde la segunda guerra mundial

El consumo de ballenas tiene una larga historia en el archipiélago japonés, un país de pesca donde los cetáceos han sido cazados durante siglos. La industria ballenera floreció después de la segunda guerra mundial para llevar proteína animal a los habitantes del país. Sin embargo, la demanda de los consumidores japoneses de carne de ballena ha disminuido considerablemente en los últimos años, lo que hace que el significado de las misiones balleneras sea dudoso.