Segunda dimisión en pocas horas en la comisión que ha de revisar el Código Penal

El catedrático de Derecho Penal Francisco Muñoz Conde ha presentado su dimisión irrevocable como vocal de la comisión de codificación que asesora al Ministerio de Justicia para la reforma de los delitos sexuales, al entender que su convocatoria para este jueves responde a una "demagogia punitiva" que recuerda al "sano sentimiento del pueblo" introducido en el Código Penal alemán durante el nazismo. 

En una carta, a la que ha tenido acceso este diario, Muñoz Conde, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, ya jubilado, expone su parecer sobre la convocatoria de la comisión de codificación para revisar los delitos sexuales previstos en el Código Penal con el fin de proceder a su reforma debido a la respuesta ciudadana que ha llevado aparejada la sentencia de La Manada. 

Explica que, en su opinión, el artículo 178 del Código Penal no debe modificarse y debe seguir manteniendo los conceptos de violencia o intimidación para diferenciarse de otros delitos. Recuerda que la reforma del Código Penal de 1995 adaptó la legislación europea a la española y que desde entonces se han producido tantas modificaciones que hasta se las ha definido como 'síndrome de Penélope'.

Considera "inadmisible" que las reacciones sociales y las protestas ante el grave ataque sufrido por una mujer empujen reformas legales coyunturales que incrementan el derecho penal e imponen a los jueces preceptos legales cada vez más difíciles de interpretar. Ello sumado a los juicios paralelos da lugar a una "demagogia punitiva" que le recuerda al régimen nazi, por lo que ha decidido dimitir como miembro de la comisión.

La dimisión de Muñoz Conde se produjo tras ser convocado por el presidente de la Sección Penal de la comisión de codificación, Esteban Mestre, a la reunión del jueves para estudiar la reforma de los delitos sexuales que el ministro Rafael Catalá, quiere conocer para el 15 de junio. Esta misma tarde Justicia anunciaba la incorporación de cinco mujeres a la comisión, formada íntegramente por hombres, pero una de ellas, la catedrática de Derecho Penal de la Universitat de Barcelona, Mirentxu Corcoy, renunciaba poco después, al constatar que su incorporación no era permanente, sino únicamente para la revisión anunciada tras la sentencia de La Manada.