JUICIO EN LA AUDIENCIA DE BARCELONA
"Mi entrenador de fútbol abusó de mí"
La fiscalía reclama más de 84 años de prisión para Eduardo López Escuté por aprovecharse de seis menores
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
J. G. Albalat
Les llamaba los 'galácticos'. Quizá jugaban bien al fútbol pero su objetivo era en realidad ganarse su confianza. Eduard López Escuté había sido su entrenador cuando ellos eran unos adolescentes, entre el 2007 y el 2008. Francisco, Ferran y Kevin han vuelto a encontrarse otra vez con su preparador este jueves. Pero no en un campo de deporte, sino en una sala de la Audiencia de Barcelona y sentado en el banquillo. El fiscal le reclama 84 años y seis meses de prisión por haber abusado sexualmente no solo de estos tres deportistas, sino también de otros dos muchachos y de una chica. También se le imputa la captación de menores para la elaboración de material pornográfico.
Eduardo López ha escuchado este jueves impasible el relato de los menores que, años después de presuntamente haber sido agredidos sexualmente, lo denunciaron. Han ido pasando uno a uno. Separados por una mampara para evitar que el procesado los viera, han explicado cómo el que fuera su entrenador de fútbol los llevaba a su casa después de los partidos, se sentaban en el sofá, miraban juntos en la televisión películas o jugaban a la PlayStation y con la excusa de un masaje abusaba de ellos, han relatado los jóvenes. No solo les tocaba los genitales, sino que les hacía felaciones, han dicho. Cuando se negaban a sus propósitos, el acusado les amenazaba y les daba collejas. Incluso, en alguna ocasión, cogió del cuello a uno de los muchachos.
"Unas 200 veces"
“¿Cuántas veces?”, le ha preguntado el presidente del tribunal a Francisco, una de las víctimas. “Conmigo muchísimas. Puede ser que unas 200”, ha afirmado. “Cuando me fui haciendo mayor, veía que no era lógico lo que pasaba e intenté apartarme. Nos castigaba y nos decía que no íbamos a jugar. A veces, nos daba una colleja”, ha recordado este joven, al que el procesado nombró capitán del equipo. “Quería ser amable con nosotros. A mí me regaló unas botas de fútbol y unas raquetas. Al principio era como un hermano mayor. Se llevaba muy bien con mi familia. Mis padres no sabían nada de lo que me hacía”, ha asegurado. “Me dijo que no dijera nada, que tenía influencias y que si no lo hacía se me iba a caer el pelo”, ha insistido. Al final, pudo alejarse de él. “No lo denuncié entonces porque tenía miedo”, confiesa.
Trato especial
Eduardo López abusó de Francisco, según su versión, estando también en su vivienda Ferran y Kevin. “Nos trataba de una forma especial. Nos regalaba cosas y nos invitaba a comer. Al acabar el partido, siempre hacía lo imposible para que fuéramos a su casa”, ha detallado Ferran. “Nos llevaba a la habitación y sacaba provecho. Nos tocaba, nos hacía felaciones o nos masturbaba”, ha sostenido este testigo, que está en tratamiento. “No lo denuncié por vergüenza", ha rematado. Las explicaciones de Kevin han sido similares, aunque ha añadido que el procesado le ofreció cocaína.
El acusado continuó con sus acciones en otros equipos de fútbol. Así, en noviembre del 2015, según el fiscal, abusó de otro menor, que entonces tenía 15 años y que jugaba en un club de una población cercana a Barcelona y que tuvo que dejar la entidad para no ver más al procesado. Eduardo López no limitó su perversión al deporte. En el 2014, conoció a un joven en una discoteca de Sabadell, al que llevó a su casa y le hizo tocamientos. Lo mismo hizo con una chica de 14 años que conoció a través de una red social. Con ella mantuvo relaciones sexuales completas y “consentidas por la menor por su corta edad e inexperiencia”, relata la acusación, ya que el procesado se lo exigía para mantener el empleo en la discoteca donde él también trabajaba. El juicio continuará este viernes.
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