DELINCUENCIA POR INTERNET

Detenido Denis K., cerebro de cientos de ciberatracos cometidos desde España

Denis K., conducido por la Policía

Denis K., conducido por la Policía / periodico

Juan José Fernández

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En una nave industrial del sur de China, en torres de diez estantes de alto, ronroneaban miles de CPUs de ordenador, sin pantallas, con solo el giro de sus ventiladores delatando su actividad. En un piso de Alicante, armarios llenos de joyas y ropa de marca y dos cochazos a la puerta retrataban al inquilino.

En ambos casos el dueño es el ucraniano Denis K., de 34 años, cerebro de la más potente red de ciberatracos desmontada por la Policía Nacional. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y la cúpula de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía han presentado este lunes el resultado de la ‘operación Carbanak’, bautizada así por el nombre de uno de los virus informáticos que creó Denis K.

La nave en China es una granja de bitcoins, donde Denis K. blanqueaba sus ganancias. El piso en Alicante era su refugio, desde el que ha perpetrado cientos de atracos a distancia.

Mafias del Este

Su botín, que supera los 1.000 millones de dólares (803 millones de euros), habría situado a Denis K. muy alto en la lista Forbes de millonarios si no fuera porque tenía que repartirlo con la mafia moldava. Antes trabajó con los rusos de la mafia Orekhovo, que recibe su nombre de un barrio duro de Moscú, pero decidió cambiar. La mitad del botín era para la mafia. El diez por ciento, para gastos. Y el 40 restante, para él y sus técnicos.

Sus socios de la mafia moldava enviaban 'mulas' a vaciar los cajeros automáticos

Denis K. es el cerebro de una red con dos patas: la técnica - él y otros dos ucranianos y un ruso, también detenidos, dedicados a distribuir virus para infectar ordenadores de bancos- y la operativa, integrada por 'mulas' que la mafia enviaba a los cajeros automáticos a llevarse el dinero.

Poseedor de un título universitario en informática, policías que le detuvieron el 6 de marzo destacan de Denis K. su genialidad. Había atacado a 50 bancos, y hurgaba en el sistema informático de otros 330 de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Azerbaiyán, Kazajistán y Taiwan. Su control alcanzaba a casi todo el sector financiero privado ruso, excepto entidades con participación estatal: prefería no vérselas con Putin.

También se abstuvo de atracar bancos españoles. "Procuraba no atacar donde vive", explica una fuente policial. Solo a comienzos de 2017 envió gente a vaciar cajeros en el centro de Madrid… pero de cuentas rusas; 500.000 euros en total.

El líder

Han sido tres años de investigación. La Policía ha contado con la colaboración de la policía rumana y de otros países, y también del FBI noteameriano en el momento de la irrupción en la casa de Denis. La Policía cree que Denis comenzó sus atracos en 2013. Al año siguiente se instaló en Alicante, no solo por el clima, también atraído por una cada vez más populosa colonia ucraniana en los alrededores.

Allí llevaba una vida anodina. Los agentes coordinados por Europol encargados de seguirle podían pasarse días esperando, pues salía poco. "Esto no es como en las pelis de narcos –explica la fuente policial-. Él no usaba la violencia; basaba su liderazgo en sus conocimientos informáticos". Creó los virus Anunak, Carberp o Carbanak, y el sistema de acceso remoto a ordenadores Cobalt Strike.

Por email

Enviaba correos haciéndose pasar por fabricante de cajeros, o por una entidad estatal, o por otro banco. Y siempre algún oficinista le daba a 'descargar' el fichero adjunto.

Una vez introducido en las tripas informáticas del banco, anulaba la seguridad de los cajeros, o les creaba cuentas a sus mulas y les hinchaba el saldo para luego enviarlas a sacar dinero, o bien incrementaba el saldo de cuentas de particulares y les hacía realizar transferencias internacionales.   

En sus cuentas, Denis K. llegó a tener 15.000 bitcoins, 126 millones de euros. Le gustaba vestir bien, pero no chillón. Y mimar a su mujer: le regaló medio millón de euros en joyas. La pareja se estaba haciendo en los alrededores de Alicante un chalé de un millón de euros. De vez en cuando visitaban la obra en un BMW X5 o un BMW X6 M50.

Parar la ciberdelincuencia, ha dicho Zoido, "es objetivo estratégico". El caso, que sigue el juzgado de instrucción 6 de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Especial de Delincuencia Informática, nos enseña, dice el comisario jefe de la Unidad de Ciberdelincuencia, Rafael Pérez, "qué ataques tendremos que enfrentar en un futuro inmediato".