INVESTIGACIÓN POLICIAL

Ana Julia, con el cuerpo de Gabriel en el maletero: "A ver qué hago ahora con este"

La Guardia Civil grabó a la mujer mientras viajaba con el cadáver en el coche

Ana Julia Quezada, en Rodalquilar, el lunes.

Ana Julia Quezada, en Rodalquilar, el lunes. / periodico

Luis Rendueles

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Un guardia civil le pidió que le entregara las llaves de la finca de Rodalquilar. Le anunció que querían pasarse por allí ese fin de semana. Y Ana Julia Quezada decidió actuar. El domingo 11 de marzo, 12 días después de que matara a Gabriel Cruz, el hijo de su pareja, la mujer condujo su coche hacia la finca. Los investigadores habían colocado dos días antes varios dispositivos de grabación en su vehículo, un Nissan Pixo gris, que permitían grabar y escuchar lo que se decía en su interior.

Los guardias civiles que vigilaban a Ana Julia salieron tras ella. Vieron que iba hacia la finca, situada a cuatro kilómetros y medio del lugar de la desaparición de Gabriel. Al llegar, y desde unos 600 metros de distancia, los agentes hicieron fotografías y una grabación de vídeo con lo que la mujer hacía. Vieron que quitaba unas piedras y sacaba algo de un agujero. Las imágenes registradas por los guardias civiles, que constan en el atestado enviado al juez, no dejan lugar a dudas: en ellas se "aprecia claramente el cuerpo desnudo de una persona, no se sabe si viva o muerta", confirmaron a EL PERIÓDICO fuentes judiciales. Luego, ven y fotografían como Ana Julia lo envuelve en una manta y lo mete en el maletero de su coche.

Los agentes van escuchando en directo lo que hace y dice la mujer. Comprueban asombrados que habla sola, masculla, entre otras cosas, insultos dirigidos al niño. Su trayectoria es "errática", pasa por varias zonas de invernaderos con el cadáver de Gabriel dentro del maletero. En un momento concreto, tras dar varios rodeos y no tener un rumbo claro, los guardias civiles escuchan a Ana Julia Quezada decir: "A ver qué hago ahora con este", en alusión al hijo de su pareja. La mujer se desvía y llega a pasar por Almería sin detenerse. En total, conduce durante casi 75 minutos.

Finalmente, la asesina toma rumbo a Vícar, la localidad donde vivía con Angel, su pareja, y Gabriel. Los guardias civiles avisan a sus compañeros. Cuando trata de entrar en el párking, la rodean y la detienen. Abren el maletero. Dentro está el cadáver de Gabriel. No supo qué hacer con él.

Los investigadores creen que el crimen no fue planeado a conciencia, que la mujer “encontró” a Gabriel jugando y le animó a subirse a su coche para ir a la finca. Tras golpearlo con un hacha en la cabeza, lo asfixió con sus manos, tapándole la nariz y la boca, según su propia confesión. Luego, lo desnudó y lo enterró en un hoyo que estuvo cavando aquella misma tarde, mientras el niño jugaba en la finca. "Lo dejó allí y no lo movió hasta el 11 de marzo", explican fuentes del caso.

El juez concluye en su auto que Ana Julia "desenterró el cuerpo del niño y lo introdujo en el maleterovertiendo expresiones vejatorias que revelan, presuntamente, una falta de sentimientos y humanidad que, de ser ciertas sus palabras, serían de pura crueldad". El magistrado, que este jueves toma declaración a los padres de Gabriel, ha ordenado comprobar en el cuerpo del niño si su madrastra le suministró ansiolíticos, después de que se hallaran tres cajas de esos medicamentos en el coche de la madrastra. Los investigadores ven poco probable que se los diera al niño y creen que más bien fue al padre, Ángel, a quien la mujer convencía cada día para que tomara los calmantes y pudiera dormir durante los doce días que duró la desaparición de Gabriel.