Malestar y mareos

Tres niños de 6 y 7 años consumen hachís del interior de un huevo sorpresa por error

huevo kinder

huevo kinder / periodico

Julia Camacho

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La Policía Nacional investiga cómo pudo llegar un huevo de plástico relleno de droga a las manos de tres niños de seis y siete años en Cádiz. Los menores estaban manipulando el recipiente plástico, similar a los que guardan el premio sorpresa en los huevos de chocolate que habitualmente consume el público infantil y, pensando que se trataba de una golosina, consumieron accidentalmente la droga en las instalaciones de su colegio. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, ha confirmado que la sustancia estupefaciente no se encontraba en el interior del centro escolar, por lo que las pesquisas apuntan a que alguno de los menores lo llevara desde fuera.

El caso está ya en manos de la Fiscalía de Menores, que investiga el caso junto a agentes de la Udyco y de la Unidad de Familia (UFAM) de la Comisaría Provincial de Cádiz. Los hechos, según confirman fuentes policiales, ocurrieron el viernes de la pasada semana en un colegio religioso de la capital gaditana. Fue la propia profesora de los chicos –una niña y dos niños-- quien, en el interior de clase, se percató de que algo estaba ocurriendo, ya que los tres menores no se encontraban bien y relataban estar muy mareados. Se avisó a las familias y éstas los trasladaron a un centro sanitario, donde se confirmó la intoxicación por THC (tetrahidrocannabinol), el principal componente del hachís. Por este motivo, los críos estuvieron una hora en observación y, tras recuperarse, pudieron marcharse a su casa. Esta semana retomaron sus clases con normalidad.

Pero las alertas se dispararon en el centro para intentar averiguar cómo había llegado la droga a manos de los chicos y encontrar al propietario de la misma. Según algunos medios locales, tras poner el caso en manos de la Policía, la dirección del centro concertado habría informado a principios de esta semana a los padres de lo ocurrido.

Según relataron los pequeños, la droga estaba oculta en un recipiente de plástico amarillo presente en las golosinas de chocolate, y ellos se lo repartieron y lo comieron pensando que era precisamente un dulce lo que ingerían. La Policía trata de determinar ahora si ese huevo amarillo con la droga estaba en el patio del centro y los menores lo encontraron, o bien alguno de ellos lo introdujo de forma accidental en el centro educativo. Esta es la versión por la que se inclinan las fuerzas de seguridad, según la Delegación del Gobierno. “No había droga en el colegio”, insistió Sanz, quien señaló que “lógicamente se procede a investigar los hechos”, sobre todo dada la “preocupación al estar el tema relacionado con menores”.