El 8-M a pie de calle

Benimaclet, todo un barrio contagiado por la huelga feminista

Un balcón del barrio de Benimaclet 'llama' a la huelga general

Un balcón del barrio de Benimaclet 'llama' a la huelga general / periodico

Nacho Herrero

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En el barrio de Benimaclet, en la zona norte de València, delantales y mochos empiezan a colgar orgullosos en los balcones y estos días las calles Juan Giner, Enrique Navarro o Pare Alegre (dedicadas a hombres como la mayor parte del callejero de las ciudades) han sido rebautizadas. Ahora son 'De les Precàries', 'De les que ja no estan' o de 'Les Cuidadores Anònimes'. La huelga feminista de este 8 de marzo late en este antiguo pueblo como en pocos otros sitios de la ciudad.

Un comité con una veintena de integrantes fijas lleva dos meses trabajando para que el paro sea un éxito y lo han hecho estrechando lazos con vecinos y comerciantes. "Hemos tejido el barrio", dice una de sus representantes. Pasacalles, paellas populares, monólogos como el de 'La vagina y otras vergüenzas' y asambleas han servido en los últimos días para crear el caldo de cultivo necesario para que la huelga, en todas sus vertientes, triunfe.

"Hemos creado una red", explican. Y trataron de extenderla al máximo acudiendo los viernes al mercado que abarrota sus calles para explicar sus planes a mujeres que no se mueven en sus círculos "No hay nada más de barrio ni con más mujeres. Era un punto genial para dar difusión, había mujeres que nos recibían superbien y otras a las que parecía incluso que les daba miedo", cuentan desde la organización.

También el cambio de nombre de las calles les ha dado visibilidad. "Queríamos recorrer todo el barrio, hacer ruido y que se notara. Cuando estamos todas juntas eso se contagia, porque funcionamos mucho por vernos. Si no, no te lo crees. Hay gente que todavía no se había enterado muy bien y la idea era visibilizar los ejes de la huelga. Es una llamada a todo el barrio a que se una al paro", cuenta.

En las paredes de uno de los barrios mas reivindicativos de la ciudad las pintadas feministas como la que advierte a Manolo de que le toca fregar a él duran meses y ahora conviven con muchos carteles dando apoyo al paro. "La acogida ha sido muy buena, especialmente en los pequeños comercios que llevan gente joven, tanto hombres como mujeres. Unos nos han cedido espacios para asambleas, otros para guardar material y por regla general todos nos han dado apoyo", explican desde el comité.

De los piquetes…

A primera hora de este jueves hay convocado un piquete informativo en la plaza de este antiguo pueblo anexionado a la capital con el que esperan convencer a indecisos. "Hay mucha gente que está entre el sí y el no, así que vamos a ver si se puede hacer algo", apuntan. "Muchos han dicho que el 8 cerrarán y otros que no pueden. Esta huelga es muy flexible, tenemos que entender a las compañeras y sus circunstancias. A lo mejor hay quien necesita el dinero sí o sí, o tu familia depende de ti y no te la quieres jugar. Pero si no se puede hacer la huelga de trabajo, se puede hacer la de cuidados, la de consumo. Hay muchas formas de hacer huelga. Vamos a intentar comprendernos y apoyarnos", subrayan. "Es una huelga transversal, la idea es que sea lo más amplia posible pero también flexible, porque ese es uno de los problemas que tenemos en nuestra vida diaria. Es muy novedosa, hay que ver cómo fluye todo, con naturalidad", apuntan.

… a la hermandad

De hecho desde el comité de Benimaclet creen que, en parte, ya han ganado la huelga. "Para nosotras aquí en el barrio ya ha triunfado por cosas como ver asambleas con mujeres que se llevan cuarenta años. Había mujeres de todas las edades, del colegio, nosotras las del comité que podemos estar entre los 20 y 30 años, y otras con más experiencia. Ha sido muy bonito y ¡ojo con la vieja guardia!", advierten.

Que la organización del paro haya sido algo de mujeres ha cambiado muchas cosas en la forma de enfocarlo, explican activistas que han estado en los preparativos de otras huelgas mitxas. "Éramos todas mujeres y se nota en la acaparación de espacios. Cuando vas a hablar se nota, hay más consideración, con cosas sutiles como que se sepa quién no ha hablado aún. Se escuchan bastante las opiniones de todas y se tienen en consideración. Había hermandad, sororidad. Ha habido una sensibilidad especial. Se preguntaba mucho ‘¿cómo estás?’", subrayan.

Delantales y micrófonos

Desde el comité admiten que hay discrepancias en el papel que deben asumir los hombres en el paro pero tienen claro que deben quedar en un segundo lugar. "Es nuestro día, el liderazgo y el protagonismo tienen que ser nuestros. Somos nosotras las que tenemos que hablar con los periodistas y si hay algún hombre motivado debe ceder el micro", explican.

Y también tienen claro cómo quieren que sea el día en Benimaclet. "Esperamos muchos delantales en los balcones, que la gente los cuelgue. Es simbólico y bonito. Esperamos mucha gente en la plaza y los comercios cerrados en apoyo a la huelga. Que se note que estamos en un día de huelga. De huelga general", sentencian.