DRAMA EN NÍJAR

La Guardia Civil tiene la pista de una furgoneta blanca que entró en el camino donde desapareció Gabriel

Manuel Vilaseró

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La misteriosa furgoneta blanca de la que tanto se ha hablado desde que desapareció el niño Gabriel Cruz hace ya más de una semana  existe. No es un  fantasma ni un bulo más de los han corrido y seguirán corriendo por la redes. Los hechos no son exactamente como se han difundido en algunas versiones, pero un vehículo de estas características emprendió el camino donde se esfumó el pequeño de 8 años a la hora en que se perdió su rastro. Lo asegura un testigo que en estos momentos se encontraba a 25 metros del cruce y así lo ha  contado a la Guardia Civil.

"Estaba en el porche de mi casa tomando café cuando vi una furgoneta blanca que entró al pueblo desde la carretera de Campohermoso-Las Negras y se paró en el cruce con el  camino de la casa de Puri Carmen (la abuela del niño)", explica el vecino, que prefiere mantener el anonimato.

El vehículo se paró un tiempo indeterminado en el cruce con el intermitente puesto y luego siguió adelante por el camino. Allí le perdió la pista el vecino porque desde su casa ya no se puede ver esa parte de la senda. El coche pudo ser el mismo que protagonizó el portazo que oyó otra vecina, Consuelo, a la misma hora. Sus ocupantes pudieron coger al niño y salir del pueblo por el otro extremo del camino, que también da a la carretera.

La descripción del vehículo

La furgoneta era "pequeña", "con portón trasero completo" y "sin vaca". El testigo no consiguió ver quién conducía ni si había más de una persona en su interior. Tampoco la Guardia Civil ha revelado si esta información le ha conducido a alguna pista sólida o si la baraja como un elemento más de su búsqueda.

El cuerpo policial mantiene un total hermetismo sobre los avances de su investigación y ha pedido a los padres del menor que no comparezcan ante los medios si no hay una novedad relevante. Algo que el día que se ha cumplido la primera semana desde la desaparición no se ha producido.

Los equipos de rastreo, con una presencia muy menor de voluntarios, han empezado la búsqueda selectiva  en un radio de 12 kilómetros alrededor de la 'zona cero'. Uno de los sitios en los que se han centrado en la antigua mina de oro de la vecina población de Rodalquilar. Un lugar lleno de viejas galerías abandonadas, muy propicio para ocultarse. Han sido bomberos los que han  llevado a cabo la tarea dado que se trata de estructuras muy inestables que pueden derrumbarse, sobre todo después de la gran cantidad de lluvia caída en las últimas jornadas.

Ni la familia ni el portavoz de la Guardia Civil han comparecido ante los medios, ni han arrojado nueva luz sobre las dos pistas más sólidas con las que cuentan hasta ahora: la camiseta de Gabriel hallada por Ana, la pareja de Ángel, y el acosador de la madre, Diego, que permanece en prisión por haber roto dos veces la orden de alejamiento.

Ángel ha salido a rastrear nuevas zonas acompañado de algunos guardias civiles, mientras Ana se ha quedado en casa por prescripción facultativa debido a las lesiones que sufrió en la cadera y el tobillo al caer por el terraplén al lanzarse a por la camiseta en el camino que lleva a las depuradoras de las Negras.

Al igual que los padres, los voluntarios que se han podido quedar a continuar la batida no se desaniman. La aparición de la camiseta se ha interpretado como un avance hacia el final feliz que todos esperan llegue lo antes posible. Cuando más pronto mejor, porque conforme pasan las horas y los días la posibilidad de que se produzca se reducen, algo que nadie puede discutir.

El acosador de la madre estuvo ingresado en un psiquiátrico por transtorno bipolar

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">Diego, el encarcelado por acosar a la madre de Gabriel, Patricia, sigue bajo la lupa de los investigadores. Este martes se ha conocido que, tras romper la orden  de alejamiento, a mediados de enero, un juez dictó una orden de búsqueda y captura con él que tras una semana dio frutos. El hombre, de 42 años y vecino de Antas, una localidad situada a unos 45 minutos de Hortichuelas, fue localizado en un hospital psiquiátrico de Córdoba. Estaba ingresado por transtorno bipolar. Sufría una  situación de enajenación  importante causada por su obsesión con la madre de Gabriel que le impelía a seguirla por todas partes. Algo que parece apuntalar su situación de principal sospechoso, aunque la Guardia Civil sigue sin tener ninguna prueba determinante que le permita encausarlo.</span>