PROHIBICIÓN POLÉMICA

Los camioneros denuncian un veto "raro y exagerado"

Camiones parados en la A-2 a la altura de Bell.lloc.

Camiones parados en la A-2 a la altura de Bell.lloc. / periodico

Carlos Márquez Daniel

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No se enfadan ni maldicen. Casi todos usan la misma expresión: "Ridículo". Y se resignan, porque tampoco pueden hacer nada "contra el que manda". A los camioneros se les obligó a apagar el motor a las 16 horas del martes, y a las tres de la tarde del miércoles se les ha permitido volver a circular por la AP-2, la AP-7 y la C-32. Se han ido uniendo la A-2, la C-25 y el resto de la red viaria, hasta que a las 18.30 horas se ha anulado la restricción en todo el territorio. Los 6.500 afectados se han puesto al volante y han seguido su camino. Demasiadas cosas vividas como para cabrearse por este tropiezo. Peor lo lleva la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que ha denunciado que la paralización de camiones ocasionará pérdidas por valor de unos 25 millones de euros.

Ninguno de los camioneros consultados por este diario (una veintena) entiende la decisión de vetar la circulación de camiones de más de 7.500 kilos. Comparten la necesidad de priorizar la seguridad de todos los que circulan por la carretera, pero no están de acuerdo con que el veto tuviera que ser generalizado, algo que jamás había sucedido en Catalunya. En las cuatro horas de paseo por la AP-7, entre las 10 y las 14 horas, este diario tan solo ha divisado seis camiones ‘furtivos’, cinco de los cuales llevaban matrícula extranjera. La inmensa mayoría han seguido las indicaciones de Protecció Civil. No tanto por comulgar con la medida como por evitarse la sanción, que no es poca cosa.

Los hermanos Rodrigo y Andrés, parados en el área de servicio del Montseny desde el martes a las 18 horas, cargaron ese día alambre en Córdoba y tenían previsto llegar a Hungría el viernes por la mañana. "Fíjate en la carretera [muchos empiezan así su argumentario], ¿dónde está la nieve? Hace unas semanas estuve en Eslovenia con nieve hasta las rodillas y nos quedamos parados una hora en la autopista hasta que vino la máquina, se puso a quitar nieve y pudimos avanzar todos, sin problemas. Aquí no hay nieve ni en el arcén. Nada. Pero bueno, alguien tendrá ganas de evitarse un marrón, y a nosotros no nos sobran 500 euros [el montante de la sanción por hacer caso omiso del veto a circular] como para jugárnosla".

40 años al volante

Miguel Ángel está parado en un área de servicio de la C-33, a la altura de Montcada i Reixac. Lleva en esto casi 40 años. Tuvo camión propio, pero con la crisis tuvo que venderlo y ahora trabaja para una empresa de logística. El martes por la mañana llegó de Inglaterra y este miércoles debía cargar en Barcelona para ir a la central de la compañía, en Murcia. Y de ahí, a pasar unos días de descanso en Madrid tras más de un mes sin ver sus hijos. Cree que la decisión de la Generalitat ha sido "excesiva y fuera de lugar" porque no se puede tratar por igual a todas las carreteras de una misma comunidad. “No es lo mismo una carretera secundaria de montaña que una autopista como esta que está completamente despejada desde primera hora de la mañana”, sostiene. "Solo tienes que fijarte en el asfalto. Es como un día de primavera con lluvia, nada más. Esto es muy raro, y muy exagerado. Puede tener sentido a horas muy concretas y en los lugares más afectados, pero hacerlo de manera generalizada en toda la red viaria, creo que es una manera muy cómoda de curarse en salud".  

Miguel Ángel no entiende que una autonomía "tan industrial" como Catalunya no tenga previsto un dispositivo para situaciones como esta. Y se pregunta qué pasaría si el temporal se alargara durante una semana. "En Europa esto es imposible. Cortan en momentos muy concretos, normalmente en las horas punta, y es habitual circular con las quitanieves aclarando el camino y todos detrás despacito".

Por todo ello, la CETM ha avanzado que está analizando "las medidas legales oportunas contra los responsables de este sinsentido con el objetivo de que se reparen los daños ocasionados". Esta patronal ha lamentado que esta decisión "está provocando un grave trastorno y un gran malestar a transportistas de toda España", y considera que "se trata de una prohibición absolutamente desproporcionada y carente de flexibilidad".

Parado en Sant Celoni, Alfredo Vilaseca mata las horas mirando una película en el ordenador. Baja la ventanilla, con el motor en marcha para no congelarse en la cabina del camión, y cuenta que viene de Valencia y tiene que llegar a Perpinyà. Dice lo que todos, que la carretera no tiene ningún problema para circular, que esto no tiene sentido y que alguien "busca salvar el culo con tanta prohibición". Y se acuerda de dos grupos de compañeros: "Primero, los que no van preparados para estas situaciones, sin comida y sin manera de calentarse. Y segundo, los autónomos que si no reparten la mercancía, no cobran".