DÍA INTERNACIONAL POR LA IGUALDAD DE SALARIOS

Mujeres soldando brechas

Nacho Herrero

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“No cobro lo mismo que un hombre”“¡Ay chiquilla!”“Piénsatelo mucho, que es muy duro”“Si lo decía yo era emocional, si lo decía un compañero le daban credibilidad”. Analizadas por separado estas frases pueden quedar en anécdota pero cuando se juntan y se constata que todas ellas tienen como protagonistas mujeres que además están altamente cualificadas son una muestra del machismo que aún impregna el mundo laboral español.

La productora valenciana Barret Films ha unido esas experiencias en el documental ‘En la brecha’, dirigido por Claudia Reig e impulsado por la Diputación de Valencia, que se estrenará este jueves en la web de RTVE coincidiendo con el Día Internacional por la Igualdad Salarial y que está esperando aportaciones de otras mujeres. Videos de un minuto para hablar del machismo cotidiano, de la maternidad, de acoso, de salarios o de techos de cristal.

Aviadora y entrenadora de fútbol

Ya lo han hecho siete mujeres que comparten además trabajar o haberlo hecho en puestos copados tradicionalmente por hombres. Patricia Campos fue la primera mujer en volar un reactor del Ejército del Aire y ahora entrena a fútbol en Estados Unidos y desarrolla algunos proyectos alrededor del balón en Uganda, y explica que es difícil ser punta de lanza. “He pasado momento malos. Ser la primera no es fácil, tampoco lo fue intentar jugar a fútbol en los 80 o intentar tocar la trompeta. En África una mujer blanca no es bien recibida y siempre me dicen que si soy un hombre porque juego al fútbol”, cuenta. “Estamos en una sociedad machista y nos va a costar mucho quitarnos ese lastre. Las instituciones como el ejército representan a la sociedad y si es machista, el ejercito lo será”, desliza.

"Una falsa sensación de igualdad"

No hace falta irse muy lejos para notar miradas extrañas. A Rakel Cernicharo, propietaria desde hace más de una década del restaurante Karak y ganadora de la última edición de Top Chef, le pasa. “Son más los clientes, les parecen raro que sea una mujer, alguien a la que llamarían niña. Son prejuicio aceptados, como esa mujer que te dice ‘ay chiquilla’. Muchas veces no se hace a mal, es inconsciente”, afirma.

También ha vivido esa “sobreprotección” la estibadora Natalia Vicente. “Me decían ‘no está claro que vayas a poder, piénsalo mucho, dale muchas vueltas, que es muy físico’. ¡Hombres que son la mitad que yo!”, exclama aún incrédula.

Pero, además de inconsciente, es una situación casi invisible según cuenta Reig, porque se trata de “actitudes muy sutiles y muchas veces no lo piensas”. “Hay muchas mujeres que piensan que no se han encontrado el machismo y cuando les pones ejemplos empiezan a pensar que sí que les ha pasado”, reflexiona. “Hay una falsa sensación de igualdad”, asegura.

A vueltas con la sororidad…

Con siete mujeres dando testimonio y otra dirigiendo el documental es inevitable hablar de la sororidad, la solidaridad entre mujeres. “Ojalá no tuviera que existir pero debe hacerlo. No vas a encontrar más apoyo que el de alguien que ha vivido en primera persona lo que estás viviendo. Es vital”, afirma Vicente.

Pero Cernicharo advierte que “en este problemática las mujeres son uno de los grandes problemas porque mantienen el machismo, hay que hablar de las mujeres machistas y de esos hombres que sí que quieren conciliar”.

… y el papel de los hombres

Reig cree que, en cualquier caso, el de los hombres debe ser un papel secundario en esta batalla. “Deben apoyar y concienciarse pero de alguna manera debe ser pasivo. Es una lucha de mujeres y no la deben hacer pero deben estar detrás y apoyar porque si no cambian ellos tampoco va a cambiar la sociedad. Creo que debemos ser nosotras las que lo lideremos”, recalca.

Yara Serrano, CEO de un equipo de deportes electrónicos, asegura que cobra menos que hombres en su misma posición y cuenta también en sectores tan nuevo como el de los videojuegos se reproducen clichés machistas. “Mi liderazgo, aunque no me gusta decirlo es muy masculino. He adoptado los roles que he aprendido de otros líderes y como no hay lideres femeninas, me cuesta ver cómo gobiernan. Me gustaría no tener que liderar de esa manera”, admite.

Pero esta directiva destaca que constantemente se les cuestiona su valía y se duda de sus méritos para estar donde están. “Al final siempre estás en un puesto porque eres ‘novia de’ o ‘a saber cómo has llegado’”, se revuelve. También lo tuvo que hacer Reig en alguna reunión de trabajo. “Mis compañeros confiaron en mi pero me costó mucho tener credibilidad ante ellos, que apostaran por mis decisiones. Me pasaba de estar en una reunión, si yo decía algo era emocional o me fallaban las formas, si lo decía un compañero le daban credibilidad”, recuerda.

Para Cernichero que cambie la situación es cuestión de tiempo. “Aunque suene duro tienen que morir generaciones y venir otras detrás y que la educación que le demos a nuestros hijos marque la diferencia”, apunta. Y en eso coincide con Campos. “La educación es la base, nos tienen que criar en igualdad para que no haya violencia doméstica, para que se nos respete, no se nos viole o no se nos vea como un objeto sexual”, subraya.