DÍA INTERNACIONAL DE LA IGUALDAD SALARIAL

Una pionera de la estiba, contra el último límite

Natalia Vicente, estibadora, una de las protagonistas del documental 'En la brecha'.

Natalia Vicente, estibadora, una de las protagonistas del documental 'En la brecha'. / periodico

Nacho Herrero

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Natalia Vicente tiene una semana de lo más completa. Tras estrenarse el jueves el documental 'En la brecha', del que es coprotagonista, el viernes se convertirá en la primera mujer española (y puede que europea) en superar la formación de ‘la trinca’, la más dura y peligrosa de las especialidades de la estiba pues implica trabajar a decenas de metros de suelo y con largas y pesadas pértigas de metal. Antes, al menos María José Navarro también realizó algún tiempo ese trabajo en el Puerto de València aunque sin pasar las exigentes pruebas de acceso que impuso hace años Sevasa. Ninguna mujer antes que Vicente lo ha hecho.

Supone romper el último limite, el físico, pues para lograrlo además de una enorme concentración y seguridad se necesita una complicada mezcla de fuerza y habilidad que ella ya ha demostrado que no es exclusiva de los hombres. “Puedo tener una limitación biológica pero no por ser una mujer, sino por ser más alta o más baja, más fuerte o menos. Pero eso es con hombres y con mujeres”, explica.

De hecho, apunta que la única limitación de género es la que ha impuesto la educación. “El recorrido físico que debemos seguir implica más esfuerzo porque toda mi vida me han condicionado a hacer otro tipo de trabajos pero es un desarrollo individual”, resuelve.

Remarca que en el puerto de València son muchas las estibadoras y que les tratan de igual a igual. En Algeciras, en cambio, no hay ninguna. “Es una reflexión que van a tener que hacer porque no vivimos al margen del mundo”, apunta.

En las movilizaciones, también en primera fila

Este otoño se ha vivido un complicado conflicto laboral en los puertos españoles con una huelga que ha hecho que Vicente se obligara a dar un paso adelante también en esa lucha. “Nos falta el muelle que nos haga saltar, siempre estamos en la retaguardia y tenemos que involucrarnos. Somos necesarias y no podemos escondernos. Hay que salir y pringarse. No se puede dejar en manos de los demás”, recalca. “Nos da vértigo porque tenemos más miedo al fracaso, nos falta un punto de soberbia para hacerlo y ‘si me he equivocado, me he equivocado’”, sentencia.

La estibadora apunta a que proyectos como ‘En la brecha’ “te obligan a mirar alrededor a las mujeres y a involucrarte”. Y eso exige un compromiso más elevado. “El problema es cuando llegas a este punto, después de ver toda tu vida en blanco y negro, de la noche a la mañana empiezas a ver en color y hay cosas que no las puedas cambiar”, lamenta.