PROYECTO PIONERO

Que no pare la fiesta

La Fundació Ludàlia, que promueve actividades para personas con discapacidad, celebra 10 años de sesiones de discoteca en Luz de Gas

Pol y Jaume, en primera fila del concierto de PorFinViernes, en Luz de Gas.

Pol y Jaume, en primera fila del concierto de PorFinViernes, en Luz de Gas. / periodico

Gemma Varela

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Consol Ferrer, fundadora de Ludàlia, sube al escenario de Luz de Gas y micrófono en mano explica que le costó un año encontrar una discoteca: ni siquiera lograba hablar con ningún promotor. «Hasta que encontramos a Fede Sardà, propietario de Luz de Gas. Fue un amor a primera vista entre él y la fundación». Ferrer le propuso abrir las puertas del local cada domingo por la tarde para personas con discapacidad intelectual y Sardà dijo que sí, sin dudarlo. «Era 20 de diciembre y pensé que me había tocado la lotería», recuerda emocionada Consol. De aquella conversación valiente y comprometida ya han pasado 10 años y el jueves la fundación lo celebró por todo lo alto con una gran fiesta.

«Los domingos la familia no pasa de la puerta del local, es un espacio para los chicos»

Jaume, Pol, Berta y Núria se encontraron hacia las ocho y media de la tarde en la cola de la discoteca y se saludaron entre abrazos y bromas. Estos cuatro amigos, que se divierten bailando en la Sala B de Luz de Gas casi todos los domingos, salieron también a la pista de baile este jueves (eso sí, de la sala grande) junto a familiares y educadores sociales. «Los domingos, la familia no pasa de la puerta, es el espacio de los chicos y todos son mayores de edad. En la discoteca hay educadores que ayudan a gestionar cualquier demanda de los asistentes», explica el educador Jordi Santamaría. Pero en la fiesta de los 10 años, las familias no podían faltar.

Ocio pionero

En total, más de 200 personas llenaron el local. «Este es un lugar de encuentro entre amigos», explica Jaume. «Aquí conocemos a gente nueva y sirve para desconectar de la rutina y recargar energías para la semana», añade Berta; que a medida que avanzó la celebración, se destaparon como dos de las almas de la fiesta, subiendo al escenario para animar al público a bailar. Lo hicieron al ritmo de 'Baila morena' y 'It’s raining men' con la música en directo de PorFinViernes, un grupo que solo actúa en actos benéficos.

En la Sala B se han formado grupos de amigos y parejas, una de las cuales acabó en boda 

La idea de organizar sesiones de discoteca adaptadas fue pionera en Europa y nació de la necesidad de ofrecer actividades para personas discapacitadas más allá de las dirigidas a niños. «Algunos chicos llegaban a los 18 años y se aburrían porque no había ofertas de ocio aparte de las infantiles. Aquí, en la disco, se sienten libres, independientes y mayores. Es un buen lugar para relacionarse, sentirse uno más, hacer amigos y encontrar pareja», dice Anna, la madre de uno de los asistentes. Y es que los focos de Luz de Gas han visto nacer amistades y algunas parejas también los domingos por la tarde, «incluso una acabó en boda», explica Santamaría entre foto y foto de la fiesta para el recuerdo.

«A ellos les gusta mucho bailar. Aquí se sienten cómodos. En cualquier otra discoteca llaman la atención por su espontaneidad. La gente, sin mala fe, les observa. Aquí, en cambio, se sienten libres. Mi hijo no se perdía ni una fiesta, pero ahora vivimos fuera de Barcelona y es más difícil que venga», cuenta Olga, que añade que las puertas de la mítica sala barcelonesa están abiertas a personas con y sin discapacidad. Ella también apunta a la necesidad de más financiación para el colectivo de discapacitados: «Con la crisis hemos sufrido».

Después de dos horas bailando 'remakes'de los 90, de haber soplado las velas de una tarta de cumpleaños y de realizar una rifa con varios premios, la celebración llegó a su fin con una cita a la vista: el siguiente domingo. Y es que como reza un cartel de la fundación: «Gracias por estos 10 años, els diumenges sempre seran nostres».