EN BARCELONA

La investigación del 'crimen de los urbanos' permite reabrir el caso de la muerte de un mantero

José Antonio González, el 'Boniato', falleció el 9 de agosto del 2014 en Montjuïc durante una perseción de la policía municipal

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J. G. Albalat

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Un juzgado de Barcelona ha reabierto la investigación por la muerte de José Antonio González, el Boniato, un vendedor ambulante que el 9 de agosto de 2014 cayó por un terraplen en la montaña de Montjuïc durante una persecución de una patrulla de la Guardia Urbana. La versión oficial es que fue de forma accidental y, por ello, se archivó el proceso judicial. Dos de los agentes que participaron en el operativo fueron Albert López Rosa Peral, los dos policías municipales encarcelados por asesinar a un compañero y quemar su cuerpo en una pista forestal del pantano de Foix, el 1 de mayo de 2017.

El juzgado de instrucción 31 de Barcelona ha ordenado la reapertura del caso para investigar si los dos agentes tuvieron una responsabilidad directa en la muerte del vendedor al empujarlo y tirarlo montaña abajo. Según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, este juzgado ha solicitado información a su homólogo de Vilanova i la Geltrú que investiga el crimen y también podría haber citado a declarar a varios agentes que participaron en el dispositivo en Montjuïc. La decisión de dejar sin efecto el archivo del caso se ha producido después de que una interna de la prisión donde está encarcelada Rosa Peral declarara que ésta le confesó que Albert, con quien la agente había mantenido una relación sentimental, era capaz de matar por ella como sucedió con el matero de Montjuïc. “Dijeron que él solo se lanzó y no era verdad”, le comentó.

La otra versión

Tanto Albert López como Rosa Peral declararon en su día que el vendedor ambulante abrió una navaja y trató de atacarlos. Rosa presentó un corte superficial en la pierna. Tras intentar calmarlo, el mantero, según su versión, saltó de espaldas por un terraplén. Murió más tarde, en el Hospital Clínic, como resultado de las heridas causadas por la caída. 

Los Mossos desempolvaron hace unos meses esta carpeta del 2014. La hipótesis que han investigado es que el móvil que impulsó a Rosa y a Alberto a cometer el crimen del que fuera el novia de ella, Pedro, también guardia urbano, fue que éste, tras descubrir que eran amantes, los amenazó con revelar lo que sucedió en Montjuic.