ACUERDO ENTRE EL GOBIERNO Y LA INDUSTRIA

Las patatas fritas tendrán un 13,8% menos de sal

Gente comprando en un Supermercado

Gente comprando en un Supermercado / periodico

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En un plazo de tres años, más de 3.500 productos alimentarios llegarán a las mesas y estanterías de los comercios con un 10% menos de contenido de sal, azúcares añadidos y grasas saturadas de media, según el plan de colaboración con los sectores de la industria alimentaria y la distribución y más de 500 empresas que ha presentado hoy la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat. 

La medida tendrá un gran impacto en la cesta de la compra ya que los productos incluidos suponen el 44,5% de la energía total del consumo habitual. Los azúcares añadidos se reducirán en un 10% en la mayoría de productos lácteos, los derivados cárnicos, los néctares de fruta, las salsas de tomate, las bebidas refrescantes de lima-limón y los cereales de desayuno chocolateados, en un 18% en las mayonesas, del 3,5% al 7,4% en los productos lácteos considerados como "de indulgencia" (flan, natillas, arroz con leche) y del 5% en la bollería, pastelerías, helados de hielo, pan envasado y salsas como el kétchup.

En cuanto a la sal, se deberá recortar en un 16% en los derivados cárnicos y mayonesa, en un 5% en el kétchup, en un 10% en los platos preparados, tomate frito y aperitivos salados (excepto las patatas fritas, que deberán recortar la sal en un 13,8%).  Incluso las cremas de verduras deberán ser más sanas y reducir su contenido en sal en un 6,7%.

Finalmente, el contenido de grasas saturadas deberá reducirse en un 10% en los aperitivos salados y los nuggets, el 5% en el resto de derivados cárnicos y un 5% también en las galletas y bollería. Tras la reformulación, el contenido calórico total no podrá aumentar.

"Un antes y un después"

"Se trata de una de las acciones más relevantes que hemos llevado a cabo desde el Ministerio. Es un plan que marca un antes y después porque vamos a mejorar la salud de la población y a propiciar una transformación social y empresarial”, ha asegurado la ministra de Sanidad.

El compromiso también afecta a los establecimientos de restauración, que reducirán en un 50% el contenido en los sobres monodosis de azúcar y un 33% en los de sal. Además, el sector de las máquinas de 'vending' se ha comprometido a adquirir solo productos reformulados, aumentar del 30% al 50% la oferta de alimentos equilibrados y reducir el 15% la dosis máxima de azúcar añadido en máquinas de bebidas calientes.

Además de la 'cesta de la compra', el plan abarca también empresas de 'catering', que se comprometerán a que los menús ofrecidos en los colegios y en hospitales sean más saludables, ya que aumentarán los platos cocinados a la plancha, se priorizarán las carnes magras frente a otras, se reducirán los productos precocinados o fritos y se ofrecerán más legumbres, pescados, verduras y frutas de temporada.

Los objetivos

La ministra Dolors Montserrat ha subrayado que el plan para modificar la composición de los alimentos tiene como objetivo "favorecer la salud de los españoles y prevenir las enfermedades crónicas” así como la obesidad, que aunque se ha conseguido reducir aún sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública. Los cambios en la dieta, ha insistido la ministra, es clave para prevenir tres de las enfermedades crónicas que más afectan a la población española: la diabetes, las patologías cardiovasculares y el cáncer.

De hecho, el consumo diario de sal se sitúa en los 9,8 gramos por persona, por los 5 gramos que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y aunque la ingesta de azúcares añadidos se acerca a los límites establecidos por este organismo (10 %), los datos indican que el 53,9 % de los niños y adolescentes lo superan.

El proyecto pretende también apoyar y fomentar la investigación y desarrollo de productos que conformen una dieta más saludable; impactar sanitaria y socialmente en la 'cesta de la compra' de las familias con productos reformulados para alcanzar dietas más equilibradas y consumos razonables; favorecer la coordinación de estas medidas con las distintas administraciones y contribuir a nivel europeo a mejorar la base científica y la recopilación de datos que impulse estas iniciativas y su seguimiento.