En Málaga

'Manada militar' en Antequera: Una soldado denuncia haber sido violada por sus compañeros

Julia Camacho

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Un juzgado militar y la Policía Nacional investigan la supuesta violación grupal de una soldado de 35 años ocurrida en el interior del acuartelamiento del Ejército del Aire en Antequera (Málaga) el pasado mes de diciembre. Según la denuncia presentada por la mujer, alguien le administró algún tipo de droga en su bebida mientras estaba de fiesta con unos compañeros en un pub, y cuando despertó al día siguiente con un fuerte dolor de cabeza no recordaba nada, aunque presentaba un hematoma y molestias en el pecho y el labio. Posteriormente ha podido recordar algunos momentos de esa noche y habla de al menos dos agresores.  

La presunta víctima, que está de baja y con tratamiento psicológico, ya había denunciado internamente en septiembre un abuso sexual por parte de un compañero que también estuvo en el bar la noche de la agresión múltiple. Sobre este último incidente, la víctima presentó hasta tres denuncias por una violación mediante el uso de sustancias estupefacientes, en cada una de las cuales fue ampliando los datos a medida que iba recordando detalles de la noche de la agresión. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) indican que actualmente hay dos juzgados de Antequera instruyendo las diligencias. En uno, el caso está todavía en fase muy preliminar, a la espera de que la Policía amplíe su informe, mientras que el juzgado militar togado número 21 de Sevilla, tras tener conocimiento del caso, ha solicitado al otro juzgado civil que se inhiba a su favor, una decisión que está a la espera del pronunciamiento de la fiscalía. De momento, señalan las fuentes, no hay nadie detenido ni se ha identificado aún a los presuntos autores de la agresión sexual.

La denuncia de la soldado, adelantada por el programa 'Espejo Público' de Antena 3, es escalofriante, y aunque la chica tiene recuerdos difusos de aquella noche reconoció ante la Policía que se "sintió como un cacho de carne". Explicó a los agentes que tenía "vagos recuerdos con la luz de la habitación encendida", y donde había al menos a dos personas. De una de ellas, con la tez morena, relató: "Me movía mientras me cogía del brazo y me decía cosas". También recuerda a otro hombre, más grande que el anterior, "con una respiración muy profunda", del que notaba el contacto en su costado izquierdo y su cara, resultándole "muy desagradable". No obstante, algunos compañeros de acuartelamiento han testificado que podría haber más personas involucradas en la agresión sexual y que durante la madrugada se pudieron escuchar "aullidos" procedentes de los soldados, que inicialmente atribuyeron a que estaban ebrios por la fiesta pero que después, a través de conversaciones en las instalaciones militares, vinculan a lo que estaba ocurriendo con la víctima.

La supuesta agresión en el acuartelamiento de Bobadilla, donde la joven llevaba más de un lustro destinada como soldado militar de la sección de Policía del Ejército, se produjo el pasado 10 de diciembre, cuando sobre las 15 horas salió con unos compañeros a celebrar la festividad de la patrona del Ejército del Aire. Acabó en un bar cerca del cuartel, y en un momento dado fue al baño dejando su cerveza en la barra. Cuando volvió, la bebida tenía un sabor amargo, pero ella no le dio importancia. Sí le extraño, no obstante, que dos compañeros que siempre estaban broma apenas se le acercaran.

La mujer tenía pensado dormir en la habitación de una compañera dentro del cuartel, que se marchó sin dejarle las llaves. En la denuncia explica que un cabo mayor le contó al día siguiente que, sobre la una de la madrugada, la acompañó de vuelta al acuartelamiento porque estaba "un poco perjudicada". Fue él quien le puso el pijama, la acostó en esa habitación de su amiga, "que cree tenía puestas las llaves en la puerta", y se fue. La mujer solo se despertó para ir al baño y encontró restos parecidos a semen en sus medias. Al día siguiente, el cabo le comentó que había notado a la víctima "en actitud un poco rara" en el bar, sugiriéndole hacerse una prueba de drogas que finalmente dio positivo en barbitúricos, por lo que la instó a denunciar lo ocurrido.

Según pasaban los días, la chica pudo recordar que en el bar un grupo de compañeros empezó a meterle mano mientras ella intentaba zafarse, y que uno de ellos incluso se acercó a su oído para hacerle un comentario soez acerca de su aspecto físico. En la denuncia también apunta a que uno de los militares presentes en el bar llegó a comentar en el pasado su intención de darle una droga algún día para mantener relaciones.