financiación de la educación superior

El gasto de los universitarios crece mientras cae la inversión pública

Sala de estudios en la escuela superior de ingeniería industrial de la UPC.

Sala de estudios en la escuela superior de ingeniería industrial de la UPC. / periodico

María Jesús Ibáñez

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El problema no es solo que las administraciones hayan reducido su aportación (en un 24% desde el 2009), o que los estudiantes estén pagando unas de las tasas más altas de Europa (un 67% más caras que en el 2012), el problema de financiación que sufren las universidades públicas catalanas es que la falta de recursos está hipotecando su futuro crecimiento y que la brecha con las universidades de otros países europeos es cada vez mayor.

La precariedad de fondos está ya pasando factura sobre las plantillas de profesores, que cada vez más envejecidas, como han denunciado repetidamente los rectores. "Y está poniéndoselo cada vez más difícil a los estudiantes con pocos recursos, lo que supone una preocupante pérdida de capital humano por motivos económicos", lamenta la profesora Vera Sacristán, directora del Observatori del Sistema Universitari (OSU), un organismo independiente integrado por docentes e investigadores de distintas universidades catalanas.

El informe '¿Quién financia la universidad?', que este martes presenta el OSU en la Universidad Complutense de Madrid y en el que se comparan los modelos de financiación entre comunidades autónomas y su peso respecto al global de España, de Europa y de la OCDE, constata que mientras en el 2009 las aportaciones públicas representaban un 73% de los ingresos de las universidades catalanas, en el 2015 estos fondos suponían solo un 60% del total ingresado. Esto implica que el peso de las administraciones se redujo en casi el 18%, es decir en cerca de una quinta parte.

En el mismo periodo, en cambio, la aportación de los estudiantes a través del pago de matrículas y precios públicos, pasó del 13% al 25% del global de la financiación universitaria, de 12 puntos porcentuales (un . "Ese incremento no se justifica por razones de aumento de alumnos, que ha sido mínimo", argumenta la directora del observatorio.

Dificultades para captar dinero fuera

El estudio presentado este martes refleja asimismo las dificultades que están teniendo las universidades para captar dinero fuera del sistema público. "El capítulo de ingresos atribuibles a otras fuentes, por ejemplo a fondos europeos, o a aportaciones de empresas privadas, o a mecenazgos prácticamente no varía, entre otras razones porque durante la crisis tampoco las empresas tenían demasiada disponibilidad de fondos", indica Sacristán.

Catalunya es la quinta autonomía donde más caen los ingresos de las universidades en el periodo comprendido entre el 2009 y el 2015 y es la comunidad, también, en la que más se reduce la financiación pública por estudiante, en un 34,7%, agrega el informe.

Países que no han dejado de invertir

El documento recoge también que en el 2015 la financiación pública de la formación superior en España representaba el 0,96% del PIB, cuando en el 2009 suponía el 1,14%. De este modo, España ocupa el octavo lugar por la cola de la OCDE (con una inversión media del 1,32%) y el sexto lugar de la UE-22 (1,27%). Andalucía es la única comunidad española que supera la media de la OCDE en cuanto al peso de la financiación pública de la universidad respecto a su PIB.

Con independencia del tipo de universidad (pública o privada), el gasto por estudiante en el 2014 de España era un 16,8% inferior al de la media de la UE-22 y un 13,1% al de la media de la OCDE. Desde entonces, la media en la OCDE y la UE ha aumentado, mientras que en España ha persistido su caída.

Este es, justamente, uno de los elementos más preocupantes, prosigue la profesora Sacristán, catedrática de Matemáticas en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC): el retroceso, que en términos relativos, ha tenido la financiación universitaria española respecto al conjunto de Europa. "Mientras aquí, en los años de la crisis, se han recortado los fondos públicos destinados a la educación superior, ha habido países que, en ese mismo contexto, han apostado fuerte por la universidad", señala.

Es el caso, por ejemplo, de Austria, Holanda o Dinamarca, que le han destinado un porcentaje superior a su producto interior bruto (PIB), pero también de Turquía, Polonia y Portugal. "Son países que han seguido invirtiendo, porque han comprendido que la universidad, y en particular su actividad investigadora, son una puerta para el futuro", subraya la también coautora del informe.