escándalo de pederastia

Los Maristas de Chile admiten que silenciaron abusos sexuales a menores

Patio interno del instituto Alonso Ercilla, en Santiago de Chile.37

Patio interno del instituto Alonso Ercilla, en Santiago de Chile.37 / periodico

Guillem Sànchez

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Los Hermanos Maristas de Chile, en una entrevista con EL PERIÓDICO celebrada en la Casa de la Providencia de Santiago con los tres portavoces de la institución -Mariano Varona, de origen español; Héctor Villena, asesor de comunicación, y Ernesto Reyes, representante del provincial-, admiten que en el pasado se cometieron "errores". Por primera vez, representantes de esta institución religiosa reconocen que los casos de abusos sexuales que sufrían los alumnos se silenciaban en lugar de denunciarse. 

La dirección chilena de la orden, sumida en un escándalo de pederastia cuyas raíces entroncan con una forma de operar importada de España, lanza el mensaje de que ahora las cosas han cambiado. En contraste con los Maristas catalanes, en Chile se investigarán a fondo "los últimos cincuenta años" con la Comisión para la Verdad, un equipo de expertos en derechos humanos externos escarbará en el pasado de las doce escuelas chilenas. Todas las pruebas de abusos que aparezcan "serán entregadas a la justicia" y las víctimas "serán reparadas", prometen. Han creado, además, la Mesa de Nunca Más, de funcionamiento interno y presidida por Reyes. "Este nombre no significa que nunca más habrá casos de abusos en las escuelas, significa que nunca más se actuará sin seguir los protocolos de prevención -y de denuncia a la justicia- estrictamente".

Existe "desconfianza" por parte de las víctimas, "y resulta comprensible", razona Reyes, "por cómo se hicieron al inicio" las cosas.

-El hermano Abel Pérez ha ejercido durante 40 años y acumula una veintena de denuncias

-Varona: No. Jamás vimos nada. Y si alguien lo vio y avisó al director, él nunca lo transparentó. Cosa que solía ser costumbre.

-¿Costumbre?

-Varona: Estas cosas no se ventilaban. Ni para dentro ni para fuera. Pero también es falso que lo supiera todo el mundo.  

El propio Varona escuchó una denuncia de pederastia en 1981 contra otro de los hermanos acusados, Armando Alegría. Se lo contó directamente a él un aspirante a marista que tutelaba en calidad de formador. Este hecho "hay que ponerlo en contexto", remarca. "No creí que se tratara de abusos sexuales, sino más bien de juegos eróticos y de fotografías de desnudos entre Armando y el muchacho", recuerda. "Lo que me contó a mí era como un secreto de confesión. No correspondía denunciar. De todos los formadores que escucharon otros casos ninguno presentó ninguna denuncia. Lo que correspondía era ayudar a la persona a enfrentar la situación".

-¿Por qué no?

-Varona: Sería como una falta de respeto a una confidencia sagrada. ¿Cómo vas a ventilar eso?

-Tal vez esa era una vía que tenían para pedir ayuda…

-Varona: Lo que yo hice fue informar a mi superior. Ahora las cosas han cambiado. Pero entonces no se podía denunciar sin hablar con el provincial [el máximo responsable de cada comunidad]. Los Maristas vienen de una estructura piramidal rígida.

-¿No les parece que de esta manera hubo muchas señales de alarma que se ignoraron?

-Varona: Tal vez sí hubo ocasiones en las que alguien pidió ayuda y no se le socorrió. Así como con Abel Pérez te lo niego y no hubo encubrimiento, en el caso de Armando Alegría, y ustedes lo pueden catalogar como quieran... lo que pasó fue que yo se lo conté al provincial y el provincial no hizo nada. Ningún provincial actuó. Yo mismo fui provincial y tampoco actué. 

-¿Por qué no se actuó?

-Varona: Por respeto al hermano… 

-¿Y a los alumnos? ¿No les preocuparon los alumnos que podrían ser agredidos por Alegría en el futuro?

-Varona: No sé… no se consideró así. No se tuvo en cuenta eso.

-¿Creían más en la palabra de los hermanos que en la de los alumnos?

-Varona: También las familias creían más en la palabra del hermano que en la de su hijo. Así sucedió en el caso de Jaime Concha.

La investigación de EL PERIÓDICO en España destapó abusos de doce profesores distintos contra una cuarentena de alumnos. En Chile ya hay al menos siete docentes investigados por delitos contra una treintena de alumnos. "Yo creo que la explicación es sencilla -explica Varona- y es válida para la mayor parte de los casos que han pasado en todo el mundo. En todo el proceso de formación de los maristas casi nunca nos hablaban de sexualidad. Nuestra formación en muchos aspectos fue muy buena: buenas clases, mucho deporte, un ambiente muy positivo… en el que nos sentíamos felices. Pero sobre sexualidad, de acompañamiento en el proceso que vive el adolescente, no hubo nada. Ahí se quedó un vacío. Una carencia muy grande, que después tiene repercusiones en algunas personas. Afortunadamente no con todas. Pero sí con algunas".  

-Cuatro de los hermanos acusados son españoles y se formaron en España. Tres de ellos, como usted, en el llamado Juniorado Hispanoamericano construido para captar vocaciones cerca de Valladolid y enviarlos a América del Sur. ¿Sufrieron durante el juniorado alguna experiencia traumática?

-Varona: Fue falta de formación…

-Pero al hablar de este problema… a menudo los pederastas son hombres que también sufrieron abusos en la infancia. Por eso le preguntaba…

-Varona:  No… de los casos que yo conozco… no. Solamente te podría decir de un caso. Donde se dio por otra parte una cosa que pudo ser bastante común en los ambientes de España. Me consta que esa persona ha declarado que cuando él era niño en su pueblo había juegos entre los compañeros de connotación sexual.

-¿Antes de entrar en el juniorado?

-Varona: Antes de entrar, sí.

-¿Es Abel Pérez?

-Varona: Sí. Manoseos… masturbaciones… juegos en esa línea. Y él lo ha contado no como una explicación de todo esto… pero sí para decir que había un 'antes' de todo esto.

El 'caso Maristas' de Chile ha supuesto para esta comunidad educativa "un golpe terrible". Pero solo ocho familias del colegio Alonso Ercilla, epicentro del escándalo, han retirado a hijos escolarizados allí, señala Reyes. En el resto de centros de los Maristas en Chile, "la movilidad ha sido mínima", subraya. "Ha sido todo muy doloroso, sobre todo para los hermanos más jóvenes", admite Varona. Pero incluso estos más jóvenes, consultados por el propio Varona sobre la posible expulsión de alguno de los hermanos acusados, han respondido que "hay que ser misericordiosos". 

PS. En una aclaración posterior a la publicación de esta noticia, Ernesto Reyes ha matizado que, aunque "el 95% de los hermanos" -en palabras de Varona- abogan por esta actitud de misericordia, los más jóvenes son los que han pedido medidas más duras contra la pederastia.