La fundación Arrels atiende un 50% más de personas sin hogar que hace 5 años

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La fundación Arrels, que atiende a personas sin hogar en Barcelona, atendió durante al año pasado a casi 2.000 personas, cifra similar a la del año pasado que supone un 50% más si se compara con los atendidos hace cinco años.

La fundación ha explicado hoy en un comunicado que, de estas personas, 675 han solicitado sus servicios por primera vez.

Durante el año, 1.518 personas pasaron por el espacio de acogida de Arrels, donde poder resguardarse y hacer uso de los servicios básicos, pues conseguir vivienda estable y asequible para que estas personas puedan dejar de vivir en la calle sigue siendo la mayor dificultad para la fundación.

El aumento de los precios de la vivienda en Barcelona ha dificultado a la fundación el acceso a nuevos pisos.

A principios de año gestionaba 76 viviendas y, a final de año, solo consiguió hacerse con una más.

"Este 2018, además, se acaban algunos contratos de pisos que gestionamos y sufrimos por la incertidumbre de no saber si estos contratos se renovarán o subirán de precio", ha señalado Arrels.

En 2017, la fundación tuvo que abrir un nuevo espacio para dar cabida a más personas, el Piso Zero, un espacio pequeño que se suma a las viviendas, el hogar residencial Pere Barnés, que acoge personas que han vivido en la calle y tiene una salud muy frágil, y las habitaciones de alquiler, que en total dan alojamiento a 248 personas.

La fundación considera que "esta nueva modalidad de alojamiento puede ser una herramienta útil y aplicable a los diferentes barrios de Barcelona para ofrecer a corto y medio plazo espacios seguros para las 1.026 personas que cada noche pernoctan al raso".

Arrels ha asegurado que ya son muchos los ciudadanos y ciudadanas que se preocupan por la situación de las personas que duermen en la calle, pues, de media, la fundación recibe cinco avisos diarios a través de su app, página web, redes sociales o por teléfono.

Según han explicado, a parte de las 1.026 personas que duermen cada día en las calles de Barcelona, 2.006 lo hacen en recursos públicos y privados de la ciudad y más de 400 viven en asentamientos irregulares.