TRIBUNALES

Pozoblanco: el otro juicio de 'La Manada'

La Manada

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Julia Camacho

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Las juergas de ‘La manada’ solían concluir de la misma manera, con los jóvenes sevillanos grabando en vídeo cómo se turnaban para supuestamente abusar sexualmente de una mujer. Así se desprende del vídeo que se descubrió en el móvil de uno de los acusados, A.M.G.E., grabado un mes antes de los hechos de sanfermines, en Pozoblanco (Córdoba), donde estaba destinado como guardia civil. La investigación sobre esta supuesta agresión está ya a punto de concluir, según ha avanzado el abogado de la víctima, después de que la jueza haya tomado declaración tanto a ‘La manada’ como a los amigos con los que compartieron sus andanzas a través de un grupo de mensajería instantánea.

Tres de estos amigos han declarado este martes por videoconferencia desde Sevilla en calidad de testigos en la causa, en la que se acusa a ‘La manada’ de cuatro delitos de abuso sexual, así como uno más de lesiones al guardia civil. “Ha sido muy interesante”, se ha limitado a decir el abogado defensor ante los medios. Los jóvenes, cuya declaración fue aplazada debido al juicio de Pamplona, fueron interrogados no solo por las imágenes grabadas y difundidas casi inmediatamente en dos grupos de mensajería, sino también por los comentarios que se sucedieron. Unas declaraciones en las que no solo se jactaban de su comportamiento sino que además se sugería el uso de burundangaburundanga, una droga que anula la capacidad de reacción y la memoria de quien la toma, como vía para dejar a la joven en estado de semiinconsciencia.

Los jóvenes identificaban como “la bella durmiente” a la chica, de 21 años, en el grupo de wasap que compartían. Y es que el atestado policial sobre el contenido de las imágenes deja lugar a pocas dudas. “Una mujer en aparente estado de inconsciencia, la cual es objeto de reiterados tocamientos en su zona mamaria y besos en su boca sin que reaccione a las actividades de índole sexual de los investigados”. El militar, A.J.C., sentado en el asiento trasero con la chica, es quien la besa en la boca; el peluquero, J.E.D., le toca el pecho mientras sonríe posando para la cámara, sostenida por J.A.P., mientras que el guardia civil, A.M.G.E, que conduce, no duda tampoco en echar una mano hacia atrás para manosear a la joven. Una jugada que comentaron en el grupo lamentando haber perdido la oportunidad de “haber hecho algo histórico”.

Alegación

El video fue grabado la mañana del 1 de mayo, apenas dos meses antes de la detención de los cuatro jóvenes con un quinto amigo, A.B., en Pamplona. Sin embargo, las imágenes no fueron descubiertas hasta mucho después, cuando la Policía Foral registró los teléfonos móviles de los chicos cuando ya estaban acusados de la violación múltiple en los sanfermines. Esta es precisamente la vía a la que se aferra la defensa de 'La manada', alegando que se han vulnerado sus derechos fundamentales porque el vídeo se obtuvo sin su consentimiento. “Cuando se cedió el móvil en el asunto de Pamplona no se dio carta blanca para una causa general y un análisis de cualquier tipo”, señaló entonces el abogado.

Mantienen además que la investigación de Pozoblanco comenzó cuando la Policía Foral identificó a la supuesta víctima, y con permiso judicial, contactó con ella para mostrarle las imágenes, instándola a denunciar. El resto de testigos ya declararon en su momento que las declaraciones del chat “son de mal gusto y exageradas, pero no iban más allá”, lamentando que no se hubieran contextualizado.

Salto temporal

La agresión que puede llevar a un nuevo juicio a cuatro de los miembros de ‘La manada’ se produjo en la época en la que el guardia civil estaba destinado como agente en la localidad cordobesa, y a donde había invitado a sus amigos a pasar unos días coincidiendo con las fiestas de la cercana Torrecampo. Esa noche del 1 de mayo, ya de madrugada, conocieron a la chica, que comenzó un flirteo con uno de ellos, quien se ofrece a llevarla en su coche de vuelta a Pozoblanco. Ella accede, y solo recuerda que subió al asiento del copiloto.

Desde ese momento, reconoce un salto temporal hasta que aparece, ya cerca de su localidad, sentada en el asiento trasero y completamente desnuda. A su lado está el mismo joven con el que había tonteado, quien le pide una felación, pero al negarse ella, la expulsa del vehículo de forma violenta e insultándola.

La chica tuvo que llamar a unos conocidos para que la recogieran, y reconoció que no se atrevió a denunciar porque no recordaba parte de lo ocurrido, pese a tener el vestido roto y moratones en el cuerpo, y porque sus amigos no le dieron credibilidad en un primer momento. Según la versión que dieron los integrantes de ‘La manada’, lo que ocurrió esa noche del 30 al 1 de mayo de 2016 no tiene nada que ver con lo denunciado por la chica.