crisis de drogas

La epidemia de opioides le cuesta a EEUU casi el 3% del PIB en un año

Un informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca multiplica por seis los costes estimados hasta ahora

Un consumidor de heroína en el Bronx neoyorquino.

Un consumidor de heroína en el Bronx neoyorquino.

Ricardo Mir de Francia / Washington

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El reflejo más evidente de la crisis de opioides que está devorando a Estados Unidos son las decenas de miles de muertos que deja cada año, las familias rotas por la adicción a los analgésicos narcóticos, el fentanilo o la heroína, o los estragos que padecen las comunidades más golpeadas por la epidemia. Pero la crisis está teniendo también unos costes económicos mayúsculos para el país, como acaba de cuantificar la Casa Blanca. Su Consejo de Asesores Económicos calcula que solo en el 2015 el coste derivado del abuso de opioides ascendió a 504.000 millones de dólares (unos 430.000 millones de euros), el equivalente al 2,8% del producto interior bruto estadounidense.

Esa cifra es seis veces superior a lo que se había estimado hasta ahora. Una diferencia que se debe en gran medida a que la mayoría de estudios se habían centrado en el incremento del gasto sanitario, los costes judiciales para perseguir esa clase de delitos o la pérdida de productividad de los trabajadores con adicción a los opioides, cerca de 2,4 millones de estadounidenses, según las cifras oficiales. El nuevo informe ha incluido y actualizado los costes derivados de los fallecimientos por sobredosis, no solo de los fármacos opioides que han propulsado la epidemia, sino también de los narcóticos ilegales como la heroína o el fentanilo.

"Las estimaciones previas del coste económico de la crisis de los opioides subestimaron significativamente el componente más importante de la pérdida: las muertes provocadas por las sobredosis", asegura el documento preparado por los asesores económicos del presidente. Hace solo unas semanas, Donald Trump declaró la emergencia de salud pública para hacer frente a la crisis, una medida largamente aplazada que fue recibida con división de opiniones entre los expertos porque no incluyó partidas presupuestarias adicionales. Muchas voces consideran que, a menos que el Congreso insufle una masiva inyección de fondos, la iniciativa de la Casa Blanca servirá para poco.

A esas deficiencias habría que añadir el hecho de que la Administración pretende recortar significativamente los fondos de Medicaid, el programa de salud pública que cubre un tercio de los tratamientos de desintoxicación a las drogas. O que en alguna de sus declaraciones, Trump y los miembros de su Administración hayan sugerido que la adicción responde al fallo moral de algunos pacientes, cuando tuvo sus orígenes en una agresiva campaña de las farmacéuticas y ciertos médicos para lograr que se generalizara el uso de opioides para el tratamiento de toda clase de dolores crónicos.

El informe del Consejo de Asesores Económicos también ha cuestionado las cifras oficiales de las muertes por sobredosis de opioides. Sostiene que los opioides no aparecen a menudo reflejados en los certificados de defunción, por lo que ha actualizado las cifras del 2015. De 33.000 contabilizados hasta ahora se ha pasado a 41.000 fallecidos por sobredosis de narcóticos derivados del opio. El grueso de las víctimas tiene entre 25 y 55 años. “El problema se está agravando a un ritmo alarmante. Las muertes por sobredosis de opioides se han doblado en la última década y se han cuadriplicado en los últimos 16 años”, afirma el documento.