Primera mujer en Consejo Gitano: Hay mucho que trabajar contra la gitanofobia

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Fermín Cabanillas

Beatriz Carrillo acaba de hacer historia al convertirse en la primera mujer en ocupar un cargo de responsabilidad en el Consejo Estatal del Pueblo Gitano, desde el que "hay mucho que trabajar para eliminar la gitanofobia que aún existe en la sociedad" y luchar contra las desigualdades de género.

En una entrevista con Efe la vicepresidenta primera del Consejo del Pueblo Gitano, el máximo órgano a nivel nacional de este ámbito, admite con cierta naturalidad la relevancia del cargo que asumió hace poco más de un mes, aunque entiende que "es un orgullo haber sido elegida por las organizaciones más representativas de todo el país, y es bueno reconocer que no son espacios a donde llegan las mujeres".

No es una elección baladí, ya que fue designada por la unanimidad de los representantes de las organizaciones romaníes del pleno en la sede del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, bajo la tutela del secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, dándole una responsabilidad desde la que está "dispuesta a eliminar todos los obstáculos, a colocar al pueblo gitano en el lugar que se merece, que siempre ha debido tener".

Entre las peleas que debe afrontar, admite que ha asumido el doble reto de intentar eliminar la fobia contra su pueblo y las desigualdades de género al mismo tiempo, entendiendo que "son objetivos muy ambiciosos" y no va a "dejar de remar, con los dientes si es necesario".

Junto a los casos más llamativos, hay pequeñas historias que eliminar, "como la de chicos que no los dejan entrar en espacios de ocio, bares y discotecas, gitanas que se sienten perseguidas y les abren los bolsos para ver si se han llevado algo de un comercio o personas que no les alquilan viviendas por los apellidos", casos que "muchas veces no se denuncian" y, por tanto, no se pueden combatir.

"El antigitanismo es algo histórico, pero vivimos en una época convulsa, una deriva hacia la fobia al pueblo gitano que en algunos casos se ha justificado por la crisis económica, de modo que ha estado debajo de las alfombras, pero ha saltado de forma más violenta, sobre todo en Europa".

Por eso, lamenta que los hechos tangibles de fobia a los gitanos "aumentan cada día" y hay que enfrentarse ellos, en una pelea que no es fácil, porque "todo lo negativo se asocia con los gitanos, entendiendo que los otros son los malos, los forasteros, y así nos siguen considerando, los salvajes, siempre con connotaciones negativas".

Cambiar eso no va a ser tarea de un día para otro, y es una labor "en la que la responsabilidad la tienen las instituciones, los poderes públicos, que tienen que eliminar obstáculos que impiden la inclusión a pie de igualdad, de la misma forma que el resto de la ciudadanía".

En ese contexto, apuesta por elevar el protagonismo gitano, en la sociedad en general y especialmente de la mujer gitana, fortaleciendo su presencia en la participación de la sociedad civil mediante el trabajo, la cooperación y el asesoramiento constantes de las ONG.

"Resumiendo, hay que luchar contra el antigitanismo, causa principal de la discriminación, la desigualdad o la pobreza que ha llevado a la posición de subordinación que ocupa actualmente la población romaní respecto a la mayoritaria, y al odio que padece en multitud de ocasiones", y lo hace desde la perspectiva que le da su experiencia como presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas FAKALI y la Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias de Andalucía AMURADI.

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