CUMBRE ALIMENTARIA

Más de 150 ciudades se conjuran en València por la alimentación sostenible

La ONU pide una intervención pública en el abastecimiento urbano de alimentos y apostar por el kilómetro 0

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Nacho Herrera / València

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Ya no existe a nivel mundial un problema de producción de alimentos pero, paradójicamente, el hambre en el mundo ha crecido por primera vez en los últimos 15 años y, al mismo tiempo, se ha multiplicado la obesidad. Ese es el diagnóstico que realizó este viernes Graziano Da Silva, director general de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el tercer encuentro de ciudades por una alimentación sostenible que se ha desarrollado estos días en València, capital durante el 2017 del llamado Pacto de Milán en busca de sistemas alimentarios sostenibles, que han suscrito ya casi 160 ciudades de todo el planeta. Según los datos de la FAO, el porcentaje de personas que pasan hambre ha crecido del 10’6% al 11%, lo que supone que afecta ya a 815 millones de personas. Además, entre 600 y 700 millones sufren obesidad, entre ellos unos 100 millones de menores.

El agrónomo brasileño aportó también una idea de por dónde deben ir las soluciones para erradicar ambas crisis. Por un lado, una intervención pública para no dejar en manos del mercado un derecho básico. "El abastecimiento urbano tiene que tener una intervención pública que garantice la calidad de los alimentos y una mejor distribución, por ejemplo, si los alimentos no llegan a un determinado barrio hay que poner allí un mercado municipal y promover el consumo de productos sanos", ha explicado. Por otro, ha subrayado que se debe aprovechar el potencial consumidor de las ciudades y favorecer el consumo local. "Hay que promover las compras locales, los circuitos integrales de producción y el consumo sostenible", ha resumido Da Silva, tras recordar que "la ciudad tiene los consumidores y ese poder de compra lo tenemos que utilizar para promover la alimentación saludable comprando de los pequeños productores". 

Privilegio valenciano

En este sentido, los representantes de València han mostrado a los cerca de 300 asistentes a la cumbre la tradicional 'tira de comptar', una práctica con más de siete siglos de historia que supone un privilegio para que los agricultores de la huerta de València puedan vender sus productos en los mercados municipales sin intermediarios. En los últimos meses se ha extendido esta práctica de Mercavalencia a varios mercados de barrio. Joan Ribó, alcalde de València, ha destacado que "favorecer a los pequeños productores" ayuda a solucionar tanto el problema de la calidad de los alimentos como el del acceso a los mismos, y también a reducir el impacto ecológico. "La alimentación de cercanía, de 'kilómetro 0', disminuye el riesgo de cambio climático, porque no debemos olvidar que cerca de un tercio de la emisión de gases es debido al sistema agroalimentario", ha destacado.

Dentro del encuentro se produjo también un debate entre alcaldes que pusieron en común las experiencias de ciudades como Tegucigalpa, West Sacramento (California), Madagascar, Copenague o Barcelona. Álvaro Porro, comisionado de economía social, desarrollo local y consumo de la capital catalana, ha explicado que en Barcelona apenas hay tierra dedicada a la producción pero en cambio existe "una capacidad de consumo masivo y una creciente sensibilidad con la producción local y ecológica". Por eso ha dicho que en su caso para articular sistemas locales deben producirse acuerdos con ciudades que tengan un rol más productor. "Queremos resaltar la importancia de acuerdos entre ciudades productoras y consumidoras. Necesitamos que esas ciudades que tiene un rol más productor ayuden a ciudades como Barcelona", ha expuesto.

Además, en la llamada Declaración de València con la que se cerró el encuentro se insta a la ONU y a todos los gobiernos nacionales "a incluir iniciativas sostenibles y aplicables en los sistemas de alimentos locales de las ciudades", a involucrar a actores urbanos y a establecer objetivos concretos. "Hacemos este llamamiento sabiendo que los gobiernos locales y territoriales son clave para conseguir el derecho a la alimentación y para una vida de paz, dignidad y prosperidad para todos", apunta el acuerdo.