DORMIR EN LA CALLE

Arrels alerta: hay más sintecho de lo que creemos

La fundación denuncia que los recuentos municipales son insuficientes

Un sin techo en el passeig de Gràcia.

Un sin techo en el passeig de Gràcia. / periodico

Efe / Barcelona

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La Fundació Arrels, que se dedica a ayudar a las personas que duermen en la calle, ha denunciado que el problema del sinhogarismo en Catalunya es mucho mayor del que se conoce porque no hay cifras sobre cuántas personas no tienen hogar, más allá de los recuentos puntuales de los que pernoctan al raso que hacen cada año algunos municipios.

La fundación ha recordado que sería necesario saber el alcance del problema teniendo en cuenta que hay personas sin hogar que duermen en la calle, que pasan la noche en alojamientos temporales como albergues, en prisión o en centros de menoresy que no disponen de una vivienda segura.

"No tenemos datos fiables para dimensionar la problemática en nuestro territorio", ha lamentado la oenegé, que ve insuficiente tener sóoo la fotografía de los recuentos del número de personas que duermen en la calle en una noche determinada.

En Barcelona, la noche del pasado 17 de mayo se contaron 1.026 personas durmiendo al raso, aunque durante 2016, 1.674 personas sin hogar fueron atendidas por los equipos de calle del Servicio de Inserción Social del Ayuntamiento, mientras que esa misma noche otras 1.954 personas durmieron en recursos residenciales públicos y privados de la Red de Atención a Personas Sin Hogar.

Menores extranjeros

Arrels ha subrayado que en Barcelona también viven menores extranjeros que han hecho solos el trayecto migratorio hacia Europa y que se encuentran en situación de sinhogarismo.

"Son niños y jóvenes que se alojan en centros de acogida tutelados y que en algunas situaciones terminan viviendo en la calle porque se fugan de los centros o porque cumplen la mayoría de edad y están sin permiso de trabajo y sin ningún tipo de protección", ha advertido la oenegé.

Durante 2016, el Ayuntamiento de Barcelona atendió a 146 menores no acompañados, un 21% de los 684 que llegaron a Catalunya el año pasado.

En la ciudad de Lleida, se han contabilizado 71 personas durmiendo en la calle durante el último recuento de abril de 2016 y que no contabilizó los numerosos inmigrantes que llegan en verano para trabajar en la campaña de la fruta y no disponen de un hogar donde pasar las noches -736 este verano-.

Otros recuentos han revelado que al menos 60 personas duermen en la calle en Girona, 49 en Tarragona, 39 en Badalona, 40 en Mataró y 16 en Sant Adrià del Besòs.

"Pero son cifras de mínimos, obtenidas a partir de los recuentos realizados en estos municipios entre este año y el año pasado. Si las sumamos, sabemos que al menos 1.301 personas duermen en la calle en siete municipios catalanes", ha concretado Arrels.

En Barcelona, 419 personas residen en 62 asentamientos irregulares, según datos de la Oficina del Plan de Asentamientos Irregulares del mes de febrero de 2017.

En Cataluña, en 2014 se contabilizaban al menos 7.682 casos de personas que vivían en viviendas inadecuadas, como barracas, alojamientos sobre-ocupados o sin suministros básicos.

Datos parciales

Arrels señala que el problema del hogarismo es mayor del que se conoce ya que, por ejemplo, en Barcelona ciudad, más de 12.000 personas sufrían exclusión residencial en 2014, contando a personas que vivían en la calle, personas sin hogar y personas que residían en pisos inseguros o inapropiados.

Ese mismo año había 48.454 casos de mal alojamiento y 26.705 que vivían en pisos inseguros, que no podían pagar el alquiler, tenían una orden de desahucio o sufrían violencia doméstica.

"Disponemos de datos parciales y desactualizados sobre la realidad de las personas sin hogar en Catalunya, que nos muestran la punta del iceberg de la exclusión residencial, pero no nos permiten obtener una radiografía real del problema", según la fundación.

"No tenemos datos, por ejemplo, de las personas que viven amenazadas de desahucio y tienen que abandonar su casa, de las que viven en viviendas sin permiso de habitabilidad, en pisos sobreocupados o en casa de amigos y familiares", añade Arrels.