Vuelta al cole: la innovación se impone

ALUMNOS ADULTOS

ALUMNOS ADULTOS / periodico

María Jesús Ibáñez / Barcelona

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Los nervios se diluyen en cuanto aparecen los rostros conocidos del curso pasado. Abrazos y choques de mano entre colegas en distintas versiones. Los alumnos de primero de la ESO del nuevo instituto escuela El Til·ler de Barcelona, bromean con el reencuentro, después de las largas vacaciones de verano. "Bueno, chicos, estáis ya en secundaria y esto es ya toda una responsabilidad", les comenta Domi Viñas, la directora del centro, en el barrio de Bon Pastor. El Til·ler ocupa el mismo edificio de la que hasta el curso pasado fue la escuela de primaria Bernat de Boïl y es también uno de los 30 centros educativos que la plataforma Escola Nova 21 ha escogido, como muestra representativa, para iniciar la transformación pedagógica del sistema educativo catalán.

La figura del instituto escuela, en la que en un único colegio público y con un mismo proyecto educativo, se escolarizan alumnos de entre tres y 16 años (desde P-3 hasta cuarto de la ESO, como en muchas concertadas), es una de las novedades que estrena este curso escolar 2017-2018, iniciado este martes en Catalunya. Más de un millón y medio de personas realizarán estudios no universitarios este año, 2.700 más que el curso pasado. Para atenderles en el aula, contarán con 71.000 docentes, 5.514 más que en el 2016-2017.

Otra de las particularidades de este nuevo año académico, que arranca en su primera jornada "con normalidad", según la Generalitat, es cómo "cuaja cada vez más" en las escuelas la autonomía de centro, ha destacado el secretario general de Ensenyament, Lluís Baulenas, en una visita al instituto Martí i Pous, uno de los nuevos centros abiertos en Barcelona. Cada uno de ellos "encuentra sus propios aspectos singulares y trabaja de acuerdo con ellos", señaló el número dos de la conselleria, que puso como ejemplo el que el Martí i Pous trabaje de forma transversal.

Proyectos referentes

También en El Til·ler van a trabajar este año de un modo singular. "Lo haremos por comunidades, con un proyecto en el que se implicará a todos los alumnos del colegio y que gira en torno a la música", explica la directora. Para ello, el nuevo instituto escuela cuenta con el apoyo de la entidad Visual Sonora, dos de cuyos especialistas "intervendrán directamente en las aulas, junto con el profesor de Música", detalla Viñas. "Sabemos, tanto nosotros como los otros dos nuevos institutos escuela que se abren este curso en Barcelona, que tenemos una responsabilidad importante, que vamos a ser objeto de muchas miradas, porque seremos referentes para futuros proyectos", reflexiona la docente.

Es el caso, por ejemplo, del colegio Els Pinetons, en Ripollet (Vallès Occidental), en el que ayer las familias aprovecharon el inicio de curso para reclamar la transformación del centro en instituto escuela. La asociación de padres de alumnos cree que, además de dar una solución a los problemas de masificación de aulas que sufren los dos centros de secundaria de Ripollet, con esta fórmula sus hijos podrían mantener en la ESO el proyecto pedagógico innovador que ya se aplica en infantil y en primaria.

El instituto escuela cobró fuerza con el tripartito, pero quedó olvidada en un cajón durante los años de la convergente Irene Rigau al frente de la Conselleria d’Ensenyament. Ahora, ha sido rescatada por el Consorci d’Educació de Barcelona, como herramienta para combatir el abandono escolar en barrios de alta complejidad socioeconómica, donde las tasas de fracaso son altas.

¿Qué ventajas ofrecen estos centros? De entrada, minimiza erl impacto de la transición de sexto de primaria a primero de la ESO, siempre difícil para chavales de 11 y 12 años, "ya que se produce un acompañamiento, por parte de los maestros", indica Màrius Martínez, investigador del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y autor de un estudio encargado por el Consell Superior d’Avaluació del Sistema Educatiu en el 2012.

Si el salto de primaria a secundaria ya es difícil para un alumno con unas condiciones familiares, académicas y de entorno favorables, para aquellos a los que les falta el estímulo familiar o que viven en situaciones de alta complejidad, muchas veces supone una ruptura. Entre una etapa y la otra hay un cambio brusco en las asignaturas y "el seguimiento directo del alumnado que hacen los maestros en las escuelas se transforma, en los institutos, en una mayor autonomía y autocontrol para los estudiantes", que algunos no consiguen realizar, señala Martínez en su estudio.

Las escuelas de Ripoll reabren con normalidad tras el 17-A

Un millar de alumnos de educación infantil y primaria y otros 360 de secundaria han empezado este martes las clases en Ripoll, una ciudad en la que "<strong>la normalidad se va imponiendo</strong>", ha asegurado el alcalde de la localidad, Jordi Munell. El edil ha agradecido el especial cuidado que han mostrado profesores y maestros a la hora de gestionar el "trauma" vivido las últimas semanas en la población, de la que eran vecinos algunos autores del atentado de Barcelona y Cambrils.