MK Premium afirma que ha cerrado 70 narcopisos en el barrio del Raval

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La sociedad de inversión inmobiliaria MK Premium, que desde 2012 compra edificios en el barrio de Raval de Barcelona, donde los vecinos denuncian la proliferación de pisos ocupados en los que se vende droga, ha asegurado que ha cerrado más de 70 pisos en sus fincas que habían sido ocupados para vender droga.

El socio fundador de MK Premium, Daniel Leiva, ha asegurado que "expulsar a estos colectivos tan conflictivos es una labor de alto riesgo", ha negado que haya especulación inmobiliaria en el barrio y ha atribuido a la antigüedad, el mal estado de las fincas y al incivismo en sus calles "la verdadera causa de su gentrificación".

Los vecinos del Raval están denunciando la presencia de numerosos pisos en este barrio, la mayoría ocupados, algunos en fincas propiedad de MK Premium, que son usados como 'narcopisos' con todas las molestias y problemas de convivencia que ello conlleva.

MK Premium ha señalado que conoce "de primera mano" esta problemática y que en estos años ha contribuido "a dignificar la imagen de la zona y a cerrar más de 70 narcopisos".

"Nuestra primera operación fue en un edificio de la calle D'en Roig y recuerdo el fuerte hedor que desprendía la finca, con gente consumiendo heroína en las escaleras e incluso un piso se utilizaba como improvisado burdel", ha señalado Leiva en un comunicado.

La compañía asegura que destina mucho dinero a medidas de prevención y que, cuando adquiere un inmueble, instala puertas 'antiokupa' en los pisos vacíos y cámaras de detección de movimiento.

"Para los vecinos del inmueble es también una seguridad disponer de estos sistemas, ya que pueden residir sin miedo por si las viviendas vacías llegan a ser ocupadas por narcotraficantes o usadas como prostíbulos ilegales", afirma Leiva.

MK Premium reconoce que también adquiere fincas con pisos ocupados que se usan como punto de venta y consumo de drogas, así como prostíbulos.

En las áreas comunes de estos inmuebles, MK Premium asegura que ha retirado jeringuillas, limpiado rastros de sangre, retirado ropa sucia, basura y excrementos.

"Un piso con okupas es más difícil de vender, ya que se emplea más inversión y tiempo porque en muchas ocasiones se debe agotar la vía judicial, para que abandonen la vivienda. Esto demora tanto los procesos de venta como de rehabilitación del inmueble y se debe destinar más inversión en medidas de prevención", remarca Leiva.

Leiva pone como ejemplo el caso del edificio de la calle D'en Roig, donde desocuparon pisos usados por "traficantes y prostitutas que usaban los pisos vacíos a discreción; pero también limpiamos muchas viviendas de Riera Alta 22 y 24; así como el 1º piso de la calle Hospital, 68, entre otros muchos inmuebles", según Leiva.

El caso más reciente con el que se ha encontrado la compañía ha sido el de la calle Lancaster, 13, inmueble que ha generado las protestas de los vecinos ante el Ayuntamiento, que ha recordado que el inmueble es propiedad de MK Premium.

"Nos encontramos personas que consumían heroína y cocaína sin esconderse, degradando todavía más la finca. El único inquilino convivía con su hijo menor y su mujer, entonces embarazada, con esta problemática, pero al consistorio sólo le ha interesado difundir que queríamos echarles de su vivienda", se queja Leiva, que asegura que ahora el inquilino "vive más tranquilo" tras echar a los traficantes.