Los virus, causa significativa de mortalidad de las bacterias en las profundidades oceánicas

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La lisis vírica, o proceso que rompe las células y produce la salida del material intracelular, es una causa significativa de mortalidad de las comunidades de procariotas (bacterias) en las profundidades del océano, lo que representa una importante vía de reciclaje de materia orgánica y nutrientes.

Este es uno de los resultados del trabajo de la Expedición Malaspina, liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyo objetivo principal era muestrear el océano profundo y estudiar las estrategias de vida de los virus que viven allí, ya que los datos sobre los virus en el océano profundo eran escasos, si bien el impacto de los virus se había estudiado en las comunidades microbianas marinas en las zonas costeras o superficiales. Los resultados han sido publicados en la revista 'Science Advances'.

"Hasta hace poco se creía que la estrategia de vida de los virus en las capas profundas era un estado de letargo", apunta la investigadora del CSIC Dolors Vaqué, que trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona. "Nuestro trabajo demuestra lo contrario, los virus son activos en las capas profundas", señala la investigadora, que afirma que con este estudio se ha probado que los virus "desempeñan un papel clave en las redes tróficas en el océano tropical y subtropical".

Para el trabajo se tomaron más de 1.000 muestras desde la superficie hasta los 4.000 metros de profundidad en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Los resultados, obtenidos mediante las técnicas de la citometría de flujo para el recuento y clasificación de las células, muestran que hay una mayor presencia de virus en las capas superficiales que en las capas profundas del océano, si bien, dado que las capas profundas representan el 70% de los océanos, el 94,7% de los virus está por debajo de los 200 metros de profundidad.

"Aunque la abundancia de virus disminuye con la profundidad, estos son una pieza clave en el océano profundo", resume la investigadora Elena Lara, que durante la expedición trabajaba en el Instituto de Ciencias del Mar aunque actualmente trabaja en el Istituto di Science Marine (Italia). "Su actividad es fundamental a nivel global para la regeneración o reciclaje del carbono orgánico y los nutrientes", añade.

MÁS DE 400 CIENTÍFICOS EN LA MALASPINA

La Expedición de Circunnavegación Malaspina 2010, que integra a más de 400 científicos de todo el mundo, arrancó el 15 de diciembre de 2010 con la salida del puerto de Cádiz del buque de investigación oceanográfica Hespérides. A bordo de este barco de la Armada Española y del buque Sarmiento de Gamboa, perteneciente al CSIC, los investigadores estudiaron durante nueve meses (siete a bordo del Hespérides y dos a bordo del Sarmiento) el impacto del cambio global en el ecosistema del océano y exploraron su biodiversidad.

Los científicos tomaron cerca de 200.000 muestras de agua, plancton, partículas de la atmósfera y gases en 313 puntos de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico con profundidades de hasta 6.000 metros. A bordo midieron la temperatura y salinidad, las propiedades de la superficie, la acústica de las corrientes marinas, la concentración de oxígeno y dióxido carbono en el mar y en la atmósfera y el alcance de la luz solar, entre otros parámetros.