EL CONFLICTO DE EL PRAT

Eulen rechaza la mediación de la Generalitat y aboca a otra huelga en el Prat

Colas en los mostradores de facturación del aeropuerto de Madrid-Barajas, ayer por la mañana.

Colas en los mostradores de facturación del aeropuerto de Madrid-Barajas, ayer por la mañana.

Manuel Vilaseró / Madrid

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La solución al conflicto de los vigilantes del aeropuerto del Prat parecía estar a un paso de zanjarse, pero la dirección de Eulen lo va a mantener vivo al rechazar este martes la oferta del mediador de la Generalitat. Este había propuesto que la empresa readmitiera a dos trabajadores despedidos, retirara dos expedientes y renunciara a aplicar nuevos castigos a cambio de que el comité de huelga aceptara el laudo arbitral que se dictará posiblemente el jueves. La representación sindical ha aceptado, pero la negativa de la empresa de seguridad privada le ha llevado a mantener la huelga convocada a partir del 8 de septiembre.

Los papeles de los negociadores se han invertido. Si durante las conversaciones sobre salarios y condiciones laborales fueron los trabajadores los que rechazaron de plano la propuesta de Treball, el papel de 'malo' lo representa ahora la empresa.

Tras una maratoniana jornada de reuniones a tres bandas (han empezado a las 11 horas y han acabado a las 19.30), el secretario general de Treball de la Generalitat, Josep Ginesta, no ha ocultado su enfado. "Esta no aceptación por parte de Eulen de la propuesta que hay sobre la mesa nos parece incomprensible, aunque están en su derecho, pero da la sensación de que no hay voluntad de poner fin al conflicto en Barcelona y en Catalunya", ha lamentado.

Los trabajadores decidieron convocar una nueva huelga todos los viernes, a partir del 8 de septiembre, si la empresa no daba marcha atrás en las "represalias" impuestas contra cuatro trabajadores por haber incumplido los servicios mínimos y les aseguraba que no habría más.

La empresa se siente fuerte

La empresa ha rechazado hacer cualquier declaración a los medios, pero Ginesta ha explicado que su actitud responde a que se sienten en una posición "de fuerza" por la inminencia del laudo obligatorio que decidió forzar el Estado.

El secretario de Treball ha avisado de que la negativa a negociar de la empresa alimenta la incertidumbre de los trabajadores, que temen represalias futuras, ya que el laudo puede anular sanciones previas al mismo, pero no las futuras, que se pueden aplicar con un margen de 60 días desde el incumplimiento de los servicios mínimos.

En la misma línea, el asesor del comité de huelga, Juan Carlos Giménez, ha sostenido que la actitud de Eulen demuestra la "prepotencia" con que actúan y su voluntad de represaliar a los huelguistas.

Una semana para convencer a Montoro

A la nueva huelga de los vigilantes de El Prat habrá que sumar la de los empleados de AENA y Enaire de toda España si no se alcanza un acuerdo con el Ministerio de Fomento, que este martes ha pedido una tregua de una semana a los sindicatos CCOO, USO y UGT para poder negociar sus reivindicaciones con el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro.

Los trabajadores habían anunciado la convocatoria de 25 jornadas de paros de 24 horas a partir del 15 de septiembre, pero aún no la han formalizado y el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, les ha pedido que esperen a una nueva reunión a celebrar el jueves de la próxima semana.

Las ejecutivas de los sindicatos decidirán este miércoles si aceptan la petición pero todo parece indicar que darán el 'sí' por los elogios a la actitud del Gobierno pronunciados a la salida del encuentro. Los trabajadores exigen un aumento de la plantilla de 700 empeados y una subida salarial vinculada a los crecientes beneficios de las empresas y Fomento está de acuerdo.