PRÁCTICA CONTROVERTIDA

El 73% de los catalanes defienden la legalización de los vientres de alquiler

Jordi Salinas y Josep Vidal columpian a su hija Marina, en el 2014.

Jordi Salinas y Josep Vidal columpian a su hija Marina, en el 2014. / periodico

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Casi el 73% de los catalanes considera que debería legalizarse la gestación subrogada, técnica conocida popularmente como vientres de alquiler. Este dato se desprende de una encuesta realizada por el Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP).

Cada año nacen en el extranjero, la mayoría en EEUU, México y Ucrania, entre 100 y 120 bebés de parejas españolas, ya que esta modalidad está prohibida en España. A final de enero, sin embargo, Catalunya se convirtió en la primera comunidad autónoma en autorizar permisos maternales y paternales a los funcionarios de la Generalitat que han recurrido a esta técnica.

Preferencias políticas

Pedro Fuentes, presidente de la Asociación Son Nuestros Hijos, reclama que España imite a Portugal porque “esta técnica cada vez tiene más defensores”, matiza. Explica que cuando en el 2005 se legalizó en España el matrimonio homosexual, contaba con un 66% de respaldo y, por el contrario, “la gestación subrogada no se regula pese a que, según las encuestas, tiene el beneplácito del más un 70% de la opinión pública”.

El sondeo diferencia los datos según las preferencias políticas de los encuestados. Así, el 41,9% de los simpatizantes de la CUP y el 35,9% de los de En Comú Podem defienden que se legalice la gestación subrogada para todo el mundo, sin distinciones, mientras que los principales detractores son con una escasa diferencia de tres décimas los votantes del PP (22,7%) y los del PSC (22,4%).

La mayoría de los catalanes (70,1%) está de acuerdo en que se reconozcan a los niños nacidos en el extranjero mediante esta técnica.

“Los partidos tienen miedo a perder votos si reclaman la regulación”

Pedro Fuentes

— Asociación Son Nuestros Hijos

Los que menos titubean (83,6%) son otra vez los simpatizantes de la CUP seguidos por los de Esquerra (80,6%). En el furgón de cola figuran los votantes de Ciutadans (68%) y los del PP (54,1%).

Red estatal

El debate sobre la gestación subrogada sigue provocando enconadas discusiones. Asociaciones y progenitores de gestación por sustitución reclaman una solución definitiva. Sin embargo, los colectivos feministas ponen reparos a esta técnica y dio origen al nacimiento el pasado abril de la Red estatal contra el alquiler de vientres, que agrupa a 52 asociaciones la mayoría feministas, que están en contra de lo que consideran una explotación porque “las mujeres no son ganado”.

El 36,8% de los catalanes encuestados por GESOP reconoce que en caso de no poder tener hijos recurrirían a un vientre de alquiler. La mayoría de los simpatizantes de En Comú Podem (52,3%) defiende esta opción. Los votantes del resto de los partidos oscilan ebntre el 46,4% de la CUP hasta el 18,6% de los populares.

Derechos humanos

Pedro Fuentes, presidente de la Asociación Son Nuestros Hijos, considera que la opinión pública está cada vez más a favor de los vientres de alquiler. “La realidad es que la gente va por delante de los partidos políticos”, afirma. Fuentes atribuye la falta de cobertura legal a las creencias religiosas de cierta derecha que se opone a cualquier técnica de reproducción  asistida y al rechazo de parte de la izquierda y de sectores feministas”. En el fondo del debate, señala el presidente de la entidad, “está el miedo de algunos partidos a perder votos”.

En el lado contrario del debate están los colectivos feministas. Ana Mata, vicepresidenta del Movimiento Democrático de Mujeres, una de las 52 entidades que forma parte de la red antialquiler de vientres, critica este método reproductivo: “Es la utilización que hacen las personas con elevado poder adquisitivo que se creen que con dinero pueden comprar a la madre y al bebé”. Mata afirma que no se puede estar de acuerdo con la gestación subrogada porque “los derechos humanos brillan por su ausencia”. E insiste que “es muy denigrante la cosificación de la mujer, a la que se le ve como un simple útero”.