Atemorizados por su hijo enfermo

Una pareja denuncia que su vástago, que sufre una discapacidad psíquica y los ha amenazado de muerte, no consigue plaza en ningún centro público especializado

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PAULA MORI / EL MASNOU

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"Frases como ‘te voy a matar, hijo de puta' ya han pasado a ser habituales en casa”, cuenta Juan Sánchez Gutiérrez. Su hijo, Juan, de 35 años, nació con un retraso mental severo y tiene diagnosticada una discapacidad del 83%. Hace cinco meses que la situación en el hogar de esta familia se ha vuelto insostenible debido a los brotes y episodios violentos que sufre el enfermo. En el último incidente, que tuvo lugar el jueves pasado, Juan intentó matar a su padre amenazándole con un cuchillo.

"Los brotes de agresividad siempre han sido habituales en las épocas de primavera otoño, pero eran controlados", cuenta Antonia, la pareja del padre, que lleva viendo con él y su hijo desde que este tenía cinco años. Hace cinco meses que su agresividad se fue incrementando; los brotes eran diarios y llegó a pegar a sus compañeros del centro ocupacional. Una violencia que llevó a los monitores a pedir a sus padres que no lo llevasen más.  

MIEDO EN CASA

Pero la situación en casa explotó el pasado jueves. "Estábamos desayunando y él ya se había acabado su comida, pero cogió una pasta más e iba a por el bote de Cola Cao, entonces yo se lo quité", explica su padre. Ese fue el detonante. Juan hijo fue a por Antonia girtándole: "Te voy a ahogar", pero el padre consiguió detenerlo. En ese momento, Juan se volvió hacia su progenitor y le dijo: "Y a ti te voy a matar". Acto seguido cogió un cuchillo y lo amenazó. El padre pudo reducirlo y la pareja llamó al 112 y a los Mossos.

Después de este incidente, Juan fue trasladado a la unidad psiquiátrica del Hospital de Mataró, donde se encuentra ingresado, a pesar de que a los dos días del ingreso los médicos pretendieron darle el alta. “En casa no nos podemos hacer cargo de él en el estado de agresividad en el que se encuentra. Los brotes son diarios y tenemos miedo”, afirman sus padres. “Yo no me puedo quedar sola con él, le da un episodio de estos y me mata”, afirma Antonia.

Juan y su familia llevan tiempo esperando una plaza para que su hijo pueda ingresar en una Unidad de Hospitalización Especializada en Discapacidad Intelectual (UHEDI), los únicos centros donde se puede tratar su patología y trabajar para su rehabilitación. El problema es que solo hay cuatro centros en toda Catalunya,  y únicamente tienen capacidad para 12 pacientes.

TODAS LAS PUERTAS ESTÁN CERRADAS

Los médicos han derivado a Juan a la UHEDI de Salt (Gironès), pero no puede ingresar porque están todas las plazas ocupadas. La familia está “desesperada” por la situación y nadie les da una solución; ni médicos ni la Generalitat. “Estamos en un punto en que ya no sabemos qué más hacer. Empezamos a llamar a puertas y todas están cerradas. La respuesta siempre es la misma: no hay plazas”, explican.

La familia se puso en contacto con la Conselleria de Treball, Afers Socials i Famílies, pero no han conseguido ninguna solución al problema. Su doctor de cabecera y el médico que lo ha llevado siempre mandaron sendos informes a la Generalitat informando de la situación del paciente. Desde el centro ocupacional también le han hecho saber a la 'conselleria' las circunstancias por las que está pasando Juan. “Si yo tuviera dinero, ya haría meses que lo hubiese llevado a una clínica privada, pero debido a nuestra situación no nos podemos permitir pagar la cantidad mensual que te piden en esos centros”, afirma el padre, que trabaja en el bar del campo de fútbol de El Masnou.

NO PIERDEN LA ESPERANZA

Tras mucha insistencia, Afers Socials y el Hospital de Mataró han aceptado intentar buscarles una solución provisional y estudian enviar a Juan a una clínica de Arenys de Munt hasta que logren una plaza en la UHEDI de Salt, cuentan los padres. En la cínica de Arenys no tratan su patología, pero al menos conseguirían paliar el problema momentáneamente. “Mientras no esté en la UHEDI, no estará recibiendo el tratamiento que necesita. Ahora simplemente le están dando mucha medicación para estabilizarlo y que no esté tan agresivo. Si sigue tomando 23 pastillas diarias, corre el riesgo de que le dé un infarto” cuenta el padre.

La 'conselleria' ha manifestado que son conscientes de que deben "mejorar la respuesta conjunta a la atención de personas con discapacidades intelectuales y trastornos mentales". Afiman, en este sentido, que están trabajando para "poder aumentar las plazas de las UHEDI". Un proyecto que esperan hacer realidad a principios del 2018.