Pulpitos de ganchillo para bebés prematuros

Una iniciativa solidaria descubre que estos muñecos de ocho patas ayudan en el desarrollo de los niños que han nacido antes de las 37 semanas

jgblanco38131947 barcelona 21 04 2017 distritos  dariel y arlet con sus pulpi170429162812

jgblanco38131947 barcelona 21 04 2017 distritos dariel y arlet con sus pulpi170429162812 / periodico

ANNA ROCASALVA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los gemelos Dariel y Arlet duermen plácidos en su cunita compartida, ajenos a la realidad que les rodea en la unidad de Neonatología del Hospital Dexeus. En esa habitación aséptica, que comparten con otros 12 bebés, un equipo de profesionales está pendiente de todos los recién nacidos que precisan de un control neonatal estricto, como los niños prematuros o los que nacen con complicaciones cardiacas. Rodeados de cables y máquinas, solo unos pequeños muñecos de colores rompen la gris monotonía cromática del lugar. Tienen los ojos saltones, una cabeza grande y blandita y ocho patitas enroscadas: son los pulpitos solidarios.

El Hospital Dexeus se suma, así, a una iniciativa solidaria nacida en Dinamarca en el 2013, consistente en entregar pulpitos de crochet a los bebés prematuros ingresados a las unidades de curas intensivas neonatales. Según la asociación danesa, estos juguetes mejoran la respiración de los bebés y les ayudan a mantener un ritmo cardiaco regular. En el país escandinavo ya se han entregado más de 22.000 y la iniciativa se ha extendido a otros estados como Polonia, Reino Unido, Alemania, Francia y Bélgica. “En tan solo dos meses que llevamos con este proyecto, hemos ofrecido casi 200 pulpitos, y la demanda no para de crecer!”, exclama la supervisora de la Unidad de Neonatología del Hospital Dexeus, María José Gómez.

GANCHILLO SOLIDARIO

Rebeca Mihura hace ganchillo desde los cinco años. Su abuela fue quien le descubrió el mundo del crochet y, desde entonces, “se enganchó”, explica. Ahora Mihura es una de las voluntarias de la asociación Pulpitos Solidarios - Octopus for a Preemie España porque “todos tenemos a alguien en nuestro ambiente próximo que ha nacido prematuro y toda ayuda suma”, comenta.

Las características de los pulpitos son muy concretas y pasan estrictos controles de calidad para cumplir con la normativa de los juguetes para menores de 36 semanas. “Los muñecos se tejen con la técnica japonesa del amigurumi - describe Rebeca - que consiste en crear volumen entrelazando los hilos de forma circular”. El cuerpo debe medir entre seis y nueve centímetros y los tentáculos no pueden pasar de los 22. En la web de Pulpitos Solidarios hay instrucciones detalladas sobre el patrón a seguir, las clases de hilo que se deben usar o los diferentes tipos de relleno sintético hipoalergénico para la cabeza del octópodo.

MEJORA CLÍNICA

Actualmente, uno de cada 10 niños en España es prematuro, que significa que ha nacido antes de las 37 semanas de gestación. Estos bebés no están totalmente preparados para la vida extrauterina y pueden sufrir complicaciones. Para las familias es una vivencia muy dura porque los recién nacidos deben pasar muchas semanas en las unidades de neonatología, con curas específicas y viviendo dentro de las incubadoras.

“Intentamos que la incubadora se parezca al máximo al útero materno - señala Gómez, mientras se pasea entre las cunitas - al ponerles los pulpitos, nos dimos cuenta que los niños agarraban las patitas como si fuese el cordón umbilical de la madre”. De esta forma, los bebés tienen la sensación de no haber sido sacados tan pronto de su hábitat y esto les proporciona una mejora en la respiración, un ritmo cardiaco más regular y un incremento de oxígeno en la sangre.

"Cuando tienes un hijo prematuro, te da la sensación de que pierdes el control de la evolución de tu bebé y volver a casa sin ellos es durísimo", explica Zenaida Córdoba, la madre de los gemelos Dariel y Arlet. "Cuando coges a tus hijos, las enfermeras te colocan el pulpito encima para que absorba tu olor y tus hormonas y eso ayuda a que se agarren al pecho -añade la madre- Eso les permite mantener el contacto contigo y se sienten más seguros a nivel de desarrollo psicoafectivo". Además, sus colores vivos y su calidez rompen el ambiente frío y tecnológico de la habitación y también suben el ánimo a los padres. “Ahora tengo a todas mis amigas tejiendo estos muñecos para los gemelos -exclama Zenaida- cuando llegue a casa, estaremos inundados de pulpitos!”.