España concede el visado al padre del 'Aylan español' para reconocer el cadáver
El progenitor del niño congoleño cuya identidad se atribuye al cuerpo que apareció en una playa de Cádiz dice estar "aliviado" por poder identificar a su hijo
El padre de Samuel Kabamba, el niño congoleño de cuatro años que se cree murió ahogado en el estrecho de Gibraltar, podrá viajar a España para reconocer los restos que se atribuyen a su hijo. Hace dos semanas, el cadáver de un pequeño subsahariano vestido con un abriguito marrón como el que tenía Samuel recaló en una playa gaditana. Desde entonces, el cuerpo de ese niño al que ya se conoce como el 'Aylan español' -en alusión a Aylan Kurdi, el niño sirio ahogado en aguas griegas en similares circunstancias- se encuentra en una morgue de Andalucía a la espera de ser identificado. Su madre, Véronique Nzazi, que también viajaba en la patera que naufragó en el Mediterráneo el 14 de enero, apareció el jueves pasado, sin vida, a cientos de kilómetros de distancia, en una playa de Argelia.
Las "circunstancias excepcionales" de este caso han sido, según fuentes diplomáticas, las que han movido al Ministerio de Asuntos Exteriores a "dar instrucciones" a la embajada en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, para conceder un visado al progenitor de Samuel. En declaraciones a EL PERIÓDICO, Aimé Kabamba había reclamado a las autoridades españolas que le permitieran "traerse a casa a Samuel". La Oficina de Información Diplomática (OID) ha informado de que la decisión de conceder este visado se tomó tras la reunión que el lunes mantuvieron el embajador y el cónsul de España en Congo con el padre del pequeño.
"Estoy aliviado al saber que podré ir a ver a mi hijo, incluso si sé que me hará mucho daño verlo", asegura Aimé Kabamba tras conocer la concesión del visado. "Ahora pido a las autoridades españolas que nos asistan en los trámites para repatriar a Samuel".
El 14 de enero del 2016, justo un año antes del naufragio en el que Véronique y su hijo perecieron, la Unión Europea había denegado un visado turístico a la mujer, de 44 años, que pretendía viajar a Europa para operarse de un tumor en el cuello que no podía ser tratado en Congo. Previamente, la familia Kabamba, de clase media, se había informado sobre los requisitos para obtener un visado médico y solicitado presupuestos en un centro francés y en el hospital La Paz de Madrid. No solo para la madre, sino también para Samuel que, según su progenitor, padecía "problemas pulmonares".
Las condiciones draconianas que la UE exige para conceder este tipo de visado sanitario los disuadieron de solicitarlo, por lo que la madre de Samuel optó por pedir un visado como turista. Sus esperanzas se vieron frustradas cuando la Maison Schengen (Casa Schengen), el organismo que gestiona los visados de la mayor parte de estados de la Unión Europea en Congo- excepto los de algunos países como España- les respondió con una negativa.
"Véronique temía por su vida", recalca Kabamba. Por ello, sostiene, la madre y el pequeño emprendieron el viaje por su cuenta viajando a Argelia en avión, para después entrar en Marruecos. Allí emprendieron en una patera el que iba a ser su último viaje.
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