El Papa admite que hay corrupción en el Vaticano

Francisco reclama seleccionar bien a los religiosos para combatir la pederastia en el seno de la Iglesia

El papa Francisco habla con los periodistas en un avión, el pasado 1 de noviembre.

El papa Francisco habla con los periodistas en un avión, el pasado 1 de noviembre. / bc

IRENE SAVIO / ROMA

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Desde que fue elegido Papa en el 2013, a pesar de las resistencias y a menudo enfurecidas reacciones de sus opositores, Jorge Mario Bergoglio no ha parado en su propósito de dejar a la Iglesia católica, fuera y dentro del Vaticano, patas para arriba. No obstante, nunca antes se había mostrado así de autocrítico. “En el Vaticano, hay corrupción”, ha admitido el Papa argentino, en una conversación en noviembre pasado con los superiores de las órdenes y congregaciones religiosas y ahora revelada por el jesuita Antonio Spadaro, uno de sus más íntimos confidentes. 

“Pero yo me siento en paz. Si hay un problema escribo una nota a San José y la pongo debajo de la estatua que tengo en mi habitación (...) ¡Y ahora es él el que duerme debajo un colchón de notas!”, ha continuado Francisco. “Por esto, duermo bien. Es una gracia de Dios. Duermo siempre seis horas. Y rezo. Rezo a mi manera”, ha añadido. “El Señor me regaló la paz. Esperemos que no me la quite”, ha puntualizado.

“El día en el que se llevó a cabo la entrevista —era el 25 de noviembre— el Papa no estaba muy bien de salud, tenía bronquitis, y aún así se expresó con una vitalidad increíble durante más de tres horas”, ha contado a EL PERIÓDICO Spadaro, quien publicó el texto integral de la conversación en el semanario que dirige, La Civiltá Cattolica (cuyos miembros este jueves fueron recibidos en audiencia privada).

VATILEAKS

“No estaba enojado ni tenso y habló en presente, pero tuve la sensación de que quería compartir el estado de las cosas después de Vatileaks y también por el dossier de Benedicto XVI”, ha añadido Spadaro, en referencia al fascículo con pendientes y consignas que el expapa alemán entregó a su sucesor cuando éste le sustituyó. 

Una hipoteca por la cual, al parecer, Francisco desarrolló su propio antídoto. “No, no tomo tranquilizantes. Los italianos ofrecen un buen consejo: para vivir en paz es necesario un poco de pasotismo”, ha explicado el antaño cardenal de Buenos Aires.  Pero eso “no significa lavarse las manos” como hacen muchos “poncios pilatos" de la Iglesia que obvian los problemas “para estar tranquilos”, ha afirmado.

En cuanto a los abusos sexuales a manos de sacerdotes, el Papa ha instado nuevamente a ser rigurosos en los procedimientos de selección de los candidatos a curas. “No hay que aceptar en la vida religiosa o en las parroquias a candidatos que ya han sido rechazados (…) sin pedir informaciones claras y detalladas” sobre estas personas. Porque hay que tener bien claro que la pederastia es una “enfermedad”, tanto que algunas fuentes apuntan a que “dos de cada cuatro abusadores han sufrido abusos”.

CLIMA PRINCIPESCO

Más aún. En un claro guiño a las órdenes más tradicionales —como los jesuitas—, Francisco también ha pedido a los religiosos “no tener miedo y decir las cosas”, también para contribuir a poner fin al “clima mundano y principesco” que existe en las estructuras de la Iglesia. Por el contrario, el Papa ha tachado a algunas nuevas instituciones de “reaccionarias” e integradas “por soldados dispuestos a todo para defender la fe y las buenas costumbres”. 

Y esto, a pesar de que “luego explota el escándalo por su fundador o fundadora”, ha afirmado el pontífice argentino, en lo que ha parecido una referencia a casos como el de los Legionarios de Cristo, creados por el ya fallecido sacerdote pederasta Marcial Maciel, pero también a la ola de conservadurismo que reina en ambas orillas del Atlántico. “Cuando me dicen que hay una congregación que atrae muchas vocaciones, lo confieso, me preocupo”, reconoció.