Las familias exigen que las aulas de P-3 tengan un tope de 20 alumnos

Si lo que necesitan las escuelas es mejorar la calidad de la docencia, introducir nuevas maneras de enseñar (y de aprender) y que los alumnos reciban una atención lo más individualizada posible, "qué mejor momento que este para reducir el número de estudiantes por aula". La propuesta la ha lanzado este martes la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac), que reclama a la Generalitat "que aproveche el descenso demográfico que nuevamente va a haber en las preinscripciones de P-3 para disminuir la ratio de alumnos, en lugar de cerrar aulas como ha hecho en cursos anteriores", explica Marco Béjar, responsable de Matriculaciones de la entidad. En la actualidad, la ratio en educación infantil es de 25 escolares por grupo.

La reivindicación, para la que ahora se inicia una campaña de recogida de firmas, "es que la ratio se reduzca a 20 alumnos y que se aplique de una manera progresiva, empezando este año con los niños que ingresarán en septiembre en las escuelas", indica Béjar, que recuerda que la Conselleria d’Ensenyament ya autorizó para este curso 2016-2017 una reducción de la ratio en P-3 a 22 alumnos en las escuelas de alta complejidad.

Ensenyament, por su parte, ha replicado indicando que este año la media de estudiantes por aula en educación infantil ya es en toda Catalunya (y sin contabilizar a las escuelas rurales) de 22,2 niños por clase, por debajo de los 25 oficiales. "En primaria, la ratio es de 22,6 alumnos y, en la ESO, de 28,8, cuando el límite fijado por la ley es de 30 estudiantes".

MALA PLANIFICACIÓN

En los últimos años, lamenta Béjar, Ensenyament "ha trabajado sin una buena planificación, con una improvisación general". Prueba de ello, agrega, es que "el año pasado la 'conselleria' anunció que iba a cerrar 67 clases de P-3 y al final fueron 54... Y encima varias de ellas no eran las que inicialmente se había dicho", protesta el portavoz de la Fapac. 

La propuesta de reducir la ratio es, además, una medida que puede contribuir a erradicar la segregación escolar, "ya que habrá una redistribución de los alumnos". Y, de paso, disminuirán los conflictos que ahora se producen entre familias y directores de colegios, señala.