FIESTA POPULAR

València arropa a sus 'Reinas Magas'

Miles de personas acompañan a Libertad, Igualdad y Fraternidad en su desfile hasta el ayuntamiento, donde les ha recibido el alcalde

Libertad, Igualdad y Fraternidad, las Reinas de Enero, saludan al público desde el Ayuntamiento de Valencia.

Libertad, Igualdad y Fraternidad, las Reinas de Enero, saludan al público desde el Ayuntamiento de Valencia. / Miguel Lorenzo

NACHO HERRERO / VALÈNCIA

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Tras una primera edición mucho más polémica que concurrida, la cabalgata de las ‘Magas de Enero’, conocidas a su pesar como las ‘Reinas Magas’, llenó este domingo de público el centro de València. Al respaldo popular se unió otra vez el institucional pues el alcalde Joan Ribó, como ya ocurrió en la pasada edición, recibió a ‘Libertad’, ‘Igualdad’ y ‘Fraternidad’ a las puertas del Ayuntamiento y les acompañó en el balcón del consistorio, donde las Magas hicieron un alegato a favor de los valores que les dan nombre pero también del derecho a la felicidad de los niños víctimas de conflictos o contra de la violencia machista.

Miles de personas arroparon con su presencia la recuperación por parte de la Societat Coral El Micalet del desfile laico que en 1937, hace ahora 80 años, organizó al poco de asentarse en la ciudad el gobierno de la República para distraer a los niños. Este domingo cientos de ellos pero muchos más adultos curiosos acudieron a presenciar el festivo desfile que el año pasado creó una notoria polémica, en parte por haberse celebrado antes de la tradicional cabalgata de los Reyes y en parte también por el revuelo mediático que se había creado días antes en Madrid, al anunciar el consistorio de Manuela Carmena que en algunos barrios serían mujeres las que harían de Melchor, Gaspar y Baltasar.

MUCHO COLORIDO

‘Tabalets i dolçaines’ pusieron ritmo a un desfile que contó con Gigantes y Cabezudos y con bailes regionales propios pero también de algunos grupos sudamericanos. Mucho colorido y alguna pincelada de homenaje a la República, tanto en las aceras como en la calzada. Un pin por aquí, un brazalete por allá o un gorro hecho de globos. Cerrando la comitiva, iban en una calesa las Magas tirando confeti y haciéndose fotos con todos aquellos que se lo pedían. Y fueron bastantes.

Una pequeña parte de los asistentes acompañó a la comitiva hasta el Ayuntamiento. Allí, con una banda sonora que mezclaba ‘El Cant dels Maulets’ de Al Tall con algunos himnos republicanos, cerca de medio millar de personas vitorearon el recuerdo de la capitalidad estatal de Valencia que hizo el pregonero pero, sobre todo, celebraron su esperanza por “un futuro de igualdad, fraternidad, sonoridad y sobre todo, libertad”. Como espectadora privilegiada en el balcón estaba Alejandra Soler, una maestra republicana y exiliada, que a sus 103 años desafió al frio para dar apoyo a la cabalgata y exhibió orgullosa el puño cerrado y en alto cuando se lo pidieron. En la calle algunos la imitaron.Tras sus aplaudidos y sociales discursos, las Magas prometieron volver en doce meses. “Os esperamos el año que viene y mientras tanto haced magia, felicidad, paz y cultura ¡Salud!”, gritaron desde el balcón. No piensan renunciar al espacio que han conqusitado.

LA ULTRADERECHA, EN LA MINÚSCULA PROTESTA

La polémica del 2016 multiplicó el público asistente pero también dio pie a algunas minoritarias protestas. Varios integrantes del partido ‘Avant Valencians’ que llevó a la organización a cambiar la fecha inicialmente dispuesta al convocar una manifestación de protesta el domingo 9, mostraron su rechazo en un concurrido punto del recorrido.

El momento más tenso fue cuando un espectador arrebató a uno de ellos uno de los folios que exhibía y hubo una tensa discusión que sólo acabó cuando los separaron. Uno de los grupos que animaba la cabalgata les ‘dedicó’ la bulliciosa ‘La Manta al Coll’ parando justo frente a este grupo que, a mitad desfile, vio como se incrementaba un 25% su número de integrantes y pasó de cuatro a cinco.

Después, y dedicando algunos insultos que los padres de los niños presentes les afearon, se situaron frente al consistorio junto a otro grupo de unas 10 personas, entre ellos José Luis Roberto y otros representantes del partido ultraderechista España 2000, que protestaron con banderas de España y silbatos.