medidas para mejorar la calidad del aire

Europa veta los coches más contaminantes

Las grandes ciudades restringen el tráfico e imponen peajes en las zonas más congestionadas

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Madrid no es la única gran ciudad europea que lucha contra la contaminación restringiendo el tráfico. Actualmente, más de 220 urbes han delimitado zonas donde solo los residentes y los vehículos mas ‘limpios’ pueden circular. París, Berlín, Londres y Roma también plantan cara al aire tóxico con medidas adicionales.

LAS ETIQUETAS DE PARÍS

El Ayuntamiento de París acaba de anunciar que el estacionamiento en zona residencial en la ciudad será gratuito este jueves. En función de la evolución de la situación los próximos días, podría poner en marcha medidas complementarias, como la gratuidad del servicio de bicicletas y de coches eléctricos públicos. La batalla contra la polución es una de las prioridades de las autoridades municipales, con la socialista Anne Hidalgo a la cabeza, que tiene feroces críticas por parte de taxistas o repartidores.

Desde el pasado 1 de julio, los coches más antiguos -matriculados antes de 1997- tienen prohibida su circulación por París entre las 8.00 y las 20.00 horas. Los conductores parisinos están obligados a llevar una etiqueta en función de lo contaminante o limpio que sea el vehículo. Las pegatinas las facilitan las administraciones locales aunque las determina el Gobierno, el Ministerio de Ecología. Hay seis categorías ordenadas por colores, desde la verde (coches eléctricos y de hidrógeno) hasta la gris (los diesel matriculados entre 1997 y 2000).

Cuando los índices de contaminación son muy elevados, las autoridades restringen la circulación a los coches más contaminantes en determinadas zonas céntricas. La multa oscila entre los 45 y los 180 euros. Además, la alcaldesa puso en marcha otra medida muy polémica: cerrar al tráfico rodado los muelles de la rivera derecha del Sena. Cada primer domingo de mes, la avenida de los Campos Elíseos es zona peatonal.

El consistorio capitalino pidió en su comunicado a los ciudadanos que sigan los mensajes de prevención y opten por el transporte público, por compartir coche o por el uso de vehículos poco contaminantes. Esta nueva medida se suma a las que se han ido decretando en la ciudad a lo largo del último mes para reducir las altas concentraciones de micropartículas en el aire, y que llegaron a ofrecer el transporte público gratis durante día

LOS PEJAES DE LONDRES

Desde el 2008, los vehículos más contaminantes tienen prohibido entrar a las Zonas de Emisiones Reducidas (LEZ, por sus siglas en inglés), que cubre la mayor parte del área metropolitana de Londres. Los que, a pesar de todo, quieran entrar deben pagar peaje, además del que se paga para entrar en el centro de la ciudad ('Congestion charge').

Sin embargo, los descomunales atascos se siguen produciendo y los índices de contaminación siguen superando los estándares marcados por la Unión Europea, así que el nuevo alcalde, Sadiq Khan (que sufre asma y considera el aire tóxico como una emergencia sanitaria), tiene como tarea prioritaria rebajar la polución. Entre sus planes, destaca el aumento de los peajes a los vehículos menos verdes y la creación de una zona ultra reducida de emisiones que empezará a funcionar en 2019 y afectará a los autobuses y autocares.

LOS ESPACIOS VERDES DE BERLÍN

Alemania es un país muy concienciado en la lucha contra la mala calidad del aire. Hace 10 años, el Gobierno impulsó una ley anticontaminación, que incluía la creación de espacios verdes urbanos. Berlín transformó zonas tradicionalmente congestionadas y prohibió la circulación de los vehículos más contaminantes.

En el 2008, al igual que París, puso en marcha el sistema de pegatinas para identificar a los coches. Las verdes, para los que menos partículas emiten por el tubo de escape, implican la libre circulación. Las amarillas y rojas significan que no se pueden acceder a determinadas zonas céntricas. No respetar la norma, como en el resto de ciudades europeas, comporta multa económica. Al igual que en Madrid, también hay excepciones: vehículos profesionales, militares y ambulancias. Según las autoridades alemanas, el esfuerzo ha merecido la pena ya que se han reducido en un 20% las emisiones de óxido nitroso.

LA CALEFACCIÓN DE ROMA

En Italia no hay una normativa global para restringir el tráfico debido a la contaminación, así que cada municipio lo regula como considere más efectivo. Roma, por ejemplo, es una de las urbes europeas peor paradas en lo que al medioambiente se refiere. Hubo, eso sí, revisiones específicas cada dos años y quienes no la aprobaban no podían circular hasta no realizar mejoras en el vehículo.

La medida no resultó eficaz y se aprobó otra: restringir el tráfico cundo los índices de contaminación son elevados. Si la polución no baja, el bloqueo al tráfico es total y en invierno se impone un límite a la calefacción de los hogares: 18 grados. Además, Roma está dividia por sectores en función de las restricciones al tráfico. El peaje ronda los 100 euros, salvo en el centro histórico (más del doble).