INNOVACIÓN EDUCATIVA

¿Alergia a los números?

El proyecto Jump Math motiva el aprendizaje de las Matemáticas y mejorar las notas en solo un año de aplicación

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DAVID GARCÍA MATEU / BARCELONA

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¿16 x 13? Seguramente hoy en día cualquier persona resuelve este tipo de operaciones con la calculadora del móvil. Ya nadie se rompe la cabeza si puede evitarlo pulsando unas teclas. Pero lo sorprendente es que los alumnos de quinto de primaria que utilizan el método Jump Math resuelven la operación mentalmente en menos de un minuto. Y si lo hacen sobre el papel, no utilizan el mecanismo clásico y vertical que todo hijo de vecino ha aprendido en la escuela. Por partes y con piezas de colores, sin pantallas digitales. Incluso les gusta explicar cómo lo hacen para conseguir el resultado: 208.

MOTIVAR A LOS ALUMNOS

“Queremos eliminar el virus que cogen muchos niños desde que son pequeños y que se llama ‘no estoy hecho para las Mates’”, explica Miquel de Paladella, director de Jump Math. El proyecto fue fundado por el canadiense John Mighton y rompe con los métodos que la mayoría aprenden en el colegio. “Lo que hacemos es sugerir a los alumnos qué caminos pueden tomar para llegar hasta el resultado”, apunta Mª del Carmen Sáez, quien da clases a los pequeños de primaria en la Escola Virolai.

Los maestros dicen tenerlo todo prácticamente hecho. El método incorpora un manual docente de más de 800 páginas en las que se describe cómo conducir la clase y cómo impartir el contenido. “Al principio fuimos muy reticentes a incorporar la idea al aula, pero ahora que ya llevamos dos años estamos más que satisfechos”, se sincera Sáez,

Con el modelo matemático, Paladella pretende que los alumnos mejoren sus resultados en informes como el PISA. “No en las posiciones de los rankings por países, sino en el nivel de conocimiento que demuestran los pequeños”. En este caso, el proyecto esta centrado en la etapa que va desde P-5 hasta 2º de ESO. Y no es solo para ricos que pueden matricular a sus hijos en las mejores concertadas. Es abierto a todo el mundo académico; se lleva a cabo tanto en centros públicos como privados. Y no tiene más coste que el libro de texto, a la venta por una cantidad inferior a la del resto de editoriales convencionales. “En la prueba piloto que hicimos ya conseguimos subir dos puntos de las notas de los colegios públicos con más problemas sociales”, señala Paladella.

PIEZAS MEJOR QUE TIZAS

Está todo calculado. En el conocimiento se dejan de lado las representaciones gráficas de flores de colores y el libro de texto (impreso en blanco y negro) vuelve a los símbolos. “Hemos comprobado que las formas despistan en lugar de ayudar”, asegura el promotor en Catalunya. Todo funciona por retos, el profesor ni siquiera precisa de una pizarra o elementos digitales para enseñar a multiplicar. “Estas piezas representan unidades, decenas o centenas, y si las juntamos así o las colocamos de esta manera podemos saber el resultado”, explica una de las alumnas de quinto de primaria, mientras hace las operaciones con su compañera.

Hoy por hoy, ya hay más de 11.000 alumnos en España que están aprendiendo con el método. Muchos de los que suspendían antes, influenciados también por la desmotivación, ahora han pasado a aprobar. “La interacción constante del profesor con el alumno mejora mucho la confianza del pequeño”, reflexionan desde Jump Math. Las matemáticas pasan a ser un juego de piezas.