La policía australiana interroga al responsable de las finanzas del Vaticano por pederastia

El cardenal George Pell está acusado de abusar de tres menores en los años 70 y 80

El cardenal australiano George Pell.

El cardenal australiano George Pell. / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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La policía australiana estuvo la semana pasada en el Vaticano para interrogar al cardenal australiano George Pell,cardenal australiano George Pell actual prefecto o 'ministro' de la secretaría vaticana para la Economía, por acusaciones presentadas en su país por supuestos abusos sexuales a menores durante las décadas de 1970 y 1980. El portavoz del cardenal ha negado que "él haya abusado sexualmente de alguien, en ningún lugar ni momento de su vida". "Se trata de afirmaciones totalmente falsas y completamente equivocadas", ha dicho

Con anterioridad, Pell ya había sido interrogado, a través de una videoconferencia, por la policía de su país, sobre al menos 54 casos de supuestos encubrimientos de abusos sexuales cometidos por numerosos curas en la localidad de Ballarat, en el estado de Victoria, cuando Pell era un simple párroco de la diócesis.

En aquella ocasión, las acusaciones contra Pell y varios miembros de la Iglesia católica formuladas por la supuesta víctima, John Ellis, fueron desestimadas por el tribunal de apelación, que sentenció que los acusados no podían ser responsabilizados por aquellos actos.

TESTIGOS

El actual interrogatorio en el Vaticano se ha realizado con la aceptación del eclesiástico y se ha referido a las denuncias de tres personas, actualmente adultas, que habrían sufrido abusos entre 1978 y 1979, en 1986 y en 1987. Las supuestas víctimas, que cuentan unos 40 años, han presentado denuncias por separado, en las que  acusan al cardenal de abusos durante su paso por la escuela primaria. Lyndon Monument, uno de los acusadores, ha explicado en Australia que ha mantenido silencio hasta ahora a causa del poder del cardenal. En el sumario constan ocho declaraciones presentadas por testigos y familiares de las presuntas víctimas.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"\"La Iglesia australiana deber\u00eda ser juzgada por estos casos\"","text":"\"Mi punto de vista personal es que la Iglesia en Australia deber\u00eda ser juzgada en relaci\u00f3n a estos casos\"\u00a0de supuesos abusos. La frase del cardenal George Pell forma parte de una declaraci\u00f3n le\u00edda por el eclesi\u00e1stico durante uno de los interrogatorios por videoconferencia a los que fue sometido poco despu\u00e9s de su nombramiento como superministro de la econom\u00eda vaticana, en relaci\u00f3n a la acusaci\u00f3n de encubrimiento de religiosos pederastas. La declaraci\u00f3n completa fue divulgada durante una ronda p\u00fablica de la comisi\u00f3n investigadora."}}

La policía australiana investiga los casos de supuestos abusos sexuales a través de una comisión expresa de seis personas, constituida en 2012, después de que la policía de Nueva Gales del Sur acusase a la Iglesia católica de encubrir casos de pederastia y tratar de silenciar las investigaciones, además de haber destruido pruebas para evitar los procesos. Los actuales interrogatorios son una consecuencia del informe final.

El cardenal "seguirá cooperando con la policía de Victoria -lugar donde se han presentado las denuncias- hasta el fin de las investigaciones", ha subrayado el portavoz del cardenal, que ya en el pasado había renunciado a la inmunidad diplomática vaticana para responder directamente ante la justicia civil.

El cargo para el que Pell fue nombrado por el papa Francisco equivale, en el organigrama del Vaticano y la Santa Sede, al de un superministro de Economía de ambas instituciones, algo que no había sucedido nunca antes y menos en manos de un no italiano. Tras su nombramiento se produjeron numerosas reacciones y críticas internas por dicha "intrusión forastera" en los asuntos de la Curia o gobierno central de la Iglesia.

"Cuando la justícia haya hablado, hablaré yo", prometió Jorge Bergoglio el pasado julio, a su regreso de un viaje a Polonia. Y añadió: "Debemos esperar a la justicia y no efectuar primero un juicio mediático". El Papa admitió que tras la presentación de denuncias siempre "existe una duda".