Experiencias pioneras contra el derroche de comida

El País Vasco, Andalucía e Italia han puesto en marcha, junto con Francia, distintas iniciativas contra el despilfarro alimentario

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Las iniciativas para evitar que la comida sobrante termine en la basura han proliferado en los últimos tiempos. Algunas, como la que promueven algunas escuelas catalanas, han nacido de la propia ciudadanía.

En otros casos, también las administraciones públicas se han puesto manos a la obra para combatir el desperdicio de alimentos.

PAÍS VASCO: NEVERAS SOLIDARIAS PARA INTERCAMBIAR COMIDA

Hace poco más de un año, una asociación de voluntarios de Galdakao (Vizcaya) puso en marcha una iniciativa para reducir las ingentes cantidades de alimentos aprovechables que acaban en la basura. Bautizaron su idea como "la nevera solidaria”, que a diferencia de iniciativas similares en otros países cuenta con respaldo legal. En estos puntos de intercambio, cualquiera puede poner o coger, según su situación, alimentos que no vayan a ser consumidos o estén cerca de su fecha de caducidad. La idea cuajó, y hoy en día se ha extendido a otros seis municipios vascos más, además de inspirar a otras iniciativas similares en el resto del Estado. De hecho, han asesorado a otros voluntarios de todo el Estado, con especial eco en Catalunya y Valencia.

Uno de sus promotores, Alvaro Saiz, encontró la inspiración al comprobar cómo los centros comerciales no entregaban a los necesitados los alimentos que arrojaban a la basura. La principal traba es que el establecimiento que entrega la comida es el responsable civil de lo que le pueda ocurrir a quien la recibe, por lo que prefiere tirarla.

Con la “nevera solidaria”, quien recoge los productos asume la responsabilidad, y además, el control diario de los voluntarios permite supervisar los alimentos. Vecinos, hosteleros y comercios se sumaron inmediatamente a la iniciativa, y de hecho fue difundida en Twitter por Chelsea Clinton y premiada como uno de los 100 proyectos más influyentes del mundo según el prestigioso grupo editorial estadounidense Rodale. A raíz de la difusión alcanzada, también se ha extendido esta "franquicia solidaria" a America Latina con notable éxito.

Sus impulsores huyen de etiquetas como “caridad” o “donaciones a necesitados”. Defienden un proyecto solidario, ecológico e incluyente, abierto a todas las personas independientemente de su situación económica. Su objetivo último es crear una gran red de neveras que evite el despilfarro de comida y favorezca el altruismo en la sociedad.- AITOR UBARRETXENA

ANDALUCÍA: DONACIÓN DE LOS EXCEDENTES ALIMENTARIOS POR LEY

La redistribución de los alimentos, tanto en su producción como en su distribución, inspira la norma que se tramita en estos momentos en Andalucía, y que podría estar aprobada por el parlamento autonómico durante la primavera del 2017. Una redistribución que pasa por obligar a las grandes superficies y establecimientos comerciales a donar con fines sociales todos los excedentes alimentarios.

Andalucía es una de las regiones españolas que más alimentos tira a la basura, según detectó en mayo el primer Estudio sobre Hábitos de Aprovechamiento de Alimentación en los Españoles elaborado por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC). En concreto, el 18% de los andaluces afirmaban desperdiciar "bastante" o "mucho". Un alimento que muchos convecinos acababan recogiendo de los contenedores, pese a que en ayuntamientos como el de Sevilla llegaron a sancionar sobre el papel esta conducta con multas de hasta 750 euros. El rechazo social que generó la decisión provocó que, en la práctica, nunca se impusieran aunque la norma siga vigente.

Ahora, y a semejanza de lo que se ha hecho en Francia o se lleva a cabo de forma oficiosa en algunos municipios, el gobierno andaluz quiere poner coto por ley al derroche de comida comprometiéndose a "promover un sistema alimentario y productivo que, con respeto a la sostenibilidad ambiental, social y económica, garantice una correcta y equitativa producción, distribución y consumo de los alimentos", según figura en el anteproyecto de la nueva Ley de Agricultura aprobado por el consejo de gobierno hace una semana.

La norma señala que "se desarrollará la obligación" de determinadas superficies comerciales, industrias agroalimentarias y otros ámbitos "a hacer entrega del excedente alimentario a organizaciones humanitarias para su distribución, o bien destinarlo al compostaje o a cualquier otro uso que suponga una reutilización o que se integre en un proceso de economía circular". Sí se señala que la prioridad de esos excedentes alimentarios en cualquier caso será la utilización humana - JULIA CAMACHO

ITALIA: UNA LEY PIONERA EN EUROPA BASADA EN LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

En agosto entró en vigor en Italia la ley contra el derroche de alimentos y otros productos perecederos, que suponen un gasto de 8.000 millones de euros, según el observatorio Waste Watcher de Last Minute, aunque el Gobierno del país lo eleva a 12.000 millones. Los datos oficiales concluyen que el 57% de las sobras se producen entre el productor, la distribución y la restauración, mientras que el 43% restante corresponde a los hogares. Se trata de una ley pionera en Europa, parcialmente anticipada por Francia, que a principios de año decidió prohibir que los supermercados tiren o devuelvan los alimentos no vendidos pero aún comestibles. La ley italiana busca la educación de los ciudadanos, impulsa cursillos de educación alimentaria en las escuelas y promueve incentivos a las empresas. 

Ya existen centenares de experiencias a medio plazo. Una de las más ambiciosas es la propiciado por CONAI y el diario 'Corriere della Sera', con el nombre de Reciclaje Clase, para las escuelas primarias y prevé un inicio informativo sobre la selección de basuras hasta un final con la elaboración de materias primas a partir de los desechos.

En la región del Veneto (Venecia), las más adelantada en proyectos escolares de este tipo, varias industrias y las escuelas se han unido para la recuperación de plásticos, con el objetivo de alcanzar el 95% de la llamada basura indeferenciada, que termina en los vertederos. En una escuela de Saluzzo (Abruzos), los alumnos recilan basuras para producir objetos artísticos, como máscaras, decoraciones navideñas, platos, vasos, tapones, botones, tejidos y otros objetos, dentro de una especie de consurso sobre qué clase demuestra mayor fantasía a la hora de reciclar. Con la colaboración de la European Recycling Platform, WWWF, Sony y Varta, en 18 escuelas primarias (7.500 alumnos, mil profesores) se está realizando sistemáticamente la recogida de pilas, que terminará con un premio a la clase ganadora (una visita a un oasis del WWWF). Los alumnos de las escuelas de Las Marcas, Apuleia y Sicilia, repartidas en equipos, participan en un concurso llamado Juego Verde sobre reciclaje local.

Numerosas escuelas siguen en estos experimentos un estudio-protocolo elaborado por el Politécnico de Milán, según el que la primera fase es informativa y la segunda prevé unos talleres “con varios grados de dificultades. El objetivo final es la transformación didáctica de  “los deshechos en recursos”. - ROSSEND DOMÈNECH