FÁRMACO POPULAR

Pediatras y químicos restan importancia al colorante del Dalsy

Las bajas dosis del concentrado hacen que se requirieran litros para que sea perjudicial, advierten

Presentación de Dalsy, ibuprofeno infantil.

Presentación de Dalsy, ibuprofeno infantil. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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La sobrasada, la sangría preparada, las huevas de pescado o las mermeladas llevan mucha más cantidad de colorante E-110 por litro o kilo de producto que el que aparece en el Dalsy, el medicamento denunciado por Facua por no incluir advertencias sobre sus posibles efectos secundarios en menores, concretamente del riesgo de provocar hiperactividad.

Los colorantes y aditivos, presentes en prácticamente toda la comida procesada, están estrictamente regulados por la legislación europea. Algunos de ellos también aparecen en medicamentos, en proporciones mucho más exiguas (y para ingestas mucho menores) que en los alimentos. La legislación sanitaria, que fue revisada en el 2009 a partir de nuevos estudios, fija requisitos mucho más estrictos. En el caso del E-110 está permitido hasta 10 miligramos por kilo, que es el porcentaje que contiene el Dalsy. Hace unos años, el límite estaba en 25 mg/litro.

Según la base de datos de aditivos autorizados en alimentación de la Unión Europea, el E-110 figura en proporciones mucho más altas en el pescado procesado (salmón, huevas de pescado..) donde se permite hasta un máximo de 200 mg/kg. En la sidra anglosajona envasada o el bitter, se admite hasta 100 mg/litro. En el preparado de sangría y otros vinos aromatizados, hasta 50 mg/litro. Para los preparados de fruta, excepto la compota, son 35 mg/kg; en la mostaza hasta 50 mg/kg; en salsas preparadas hasta 30 mg/kg, y en caramelos o chicles, 10 mg/kg. Está permitido que supere el máximo autorizado para preparados de carne, que es de 15 mg/kg, en el caso de la sobrasada. Y también está presente en masas rebozadas (hasta 35 mg/kilo) y en cremas cosméticas.

OBLIGATORIO EN ALIMENTOS

En todos los casos, los alimentos que incluyan el E-110 ha de constar obligatoriamente en la etiqueta: “Puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños”, según recuerda la Conselleria d'Agricultura, de quien depende la subdirección general de la inspección y el control agroalimentario, que verifica el cumplimiento de las normas de composición, calidad y etiquetado. Si es un medicamento, depende de la Agencia del Medicamento, que es competencia de Sanidad. 

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“Ya hace tiempo que se conoce la relación entre algunos colorantes y la hiperactividad, sobre todo en relación con las chuches, y por eso si contienen aditivos han de llevar una alerta. En el caso de medicamentos, no están obligados a advertirlo porque no son alimentos, ni llevan una alta concentración ni se consumen de forma regular”, advierte José Juan Rodríguez, profesor de Nutrición y Bromatología de la Universitat Autònoma de Barcelona. “Si existe la posibilidad de abusar de un alimento y que entonces se exceda la cantidad máxima recomendada de un aditivo, como en el caso de las chuches o los refrescos, entonces el fabricante sí está obligado a advertirlo”, añade.

ALERGIAS, NO HIPERACTIVIDAD

“El problema más común con los colorantes o excipientes son las alergias, no la hiperactividad. Para que el Dalsy provocara hiperactividad en menores, tendrían que tomarse litros y con las dosis que se administran es imposible. Y si se tomaran esas dosis, antes que la hiperactividad ya se habría producido una reacción al ibuprofeno, que es el principio activo”, afirma Ferran Moraga Llop, expresidente de la Societat Catalana de Pediatria.

“Otra cosa es si un jarabe ha de llevar colorantes, que es para hacerlos más atractivos, pero a mi entender, esto ha de estar justificado”, añade el doctor Moraga Llop. "Muchos medicamentos llevan colorantes, conservantes y excipientes, todos ellos de declaración obligatoria y que han de avisar si pueden provocar intolerancias, como el caso de la lactosa".

Para la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), que agrupa a los fabricantes de medicamentos sin receta, como es el Dalsy (ibuprofeno en su composición principal), la presencia de colorantes en fármacos está plenamente justificada. “El colorante permite diferenciar pastillas y evitar que se dupliquen o se confundan. También hace que entre mejor si tiene relación con las propiedades organolépticas del producto. Si el jarabe es de fresa, ha de saber a fresa y tener color de fresa”, sostiene Carmen Isbert, directora técnica de Anefp.