Perseguida por la foto del orinal

Los padres son responsables de las fotos que cuelgan de sus hijos pero los hijos también pueden hacer mucho daño a la imagen paterna

North West, en un vídeo casero grabado por su madre.

North West, en un vídeo casero grabado por su madre. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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La reputación digital también se construye en familia. North West, la hija de dos años de Kim Kardashian -de profesión sus ‘realities’ televisivos y campañas de publicidad- pedía ante la cámara que no le tomaran más fotos. Mientras su madre y su tía se reían y comentaban la escena diciendo “qué mona”, y por supuesto grabaron el vídeo y lo subieron a Instagram. Tiene 92.600 Me gusta. La pequeña, sobreexpuesta a las redes sociales desde que nació, ya pone cara de hartazgo cada vez que ve a un fotógrafo mientras su madre sonríe y la exhibe en internet y en televisión.

En Austria, una joven de 18 de años acaba de denunciar a sus padres porque han colgado las fotos de toda su vida en Facebook, según la prensa digital austriaca. Aunque la red social tiene solo 11 años, los progenitores de la joven se tomaron muy en serio la invitación de “cuéntanos tu vida” y colgaron incluso las fotos de ella de bebé sentada en el orinal y otros momentos íntimos. La joven, a través de su abogado, explica que sus padres siguen sin entender por qué les reclama que quiten las fotos. Total “las hicieron ellos”, declaran, y ‘solo’ las compartieron con 700 amigos.

Y es que como proclama Ofelia Tejerina, la abogada de la Asociación de Internautas, la cuestión es: “¿Quién enseña a los menores los riesgos a los que están expuestos si los mismos padres se exponen?". "Es como el novio que se venga colgando las fotos de su expareja en internet. Internet queda, pero el amor no dura tanto”. remacha.

La responsabilidad sobre los contenidos compete no solo a los padres sino a los profesores y demás formadores. “Si los profesores están pez, los padres están tiburón. Y el que es un nativo digital se acaba convirtiendo en un idiota digital. Piensan que eso que cuelgan es privado, y no lo es en absoluto. Las barreras entre los datos de menores y mayores en internet no existen, y esos datos que se ponen los van a perseguir toda la vida, porque nada se borra completamente”, explica Carlos Represa, consultor de nuevas tecnologías para educación a partir de un caso de ciberbulling a su propia hija.

NO TODO VALE

La casuística es larga: fotos ridículas en ambientes de fiesta, escenas de playa, poses íntimas, disfraces, muecas… “Que uno se tome una foto para la intimidad no significa que quiera compartirla con todo el mundo, y eso es algo que hay que entender antes de difundirla”, añade Represa.

En ocasiones, también son los mayores los que sufren las consecuencias de los actos de los menores. "Llevé el caso de una pareja que se estaba divorciando y se quejaban de las fotos de los hijos que cada uno iba colgando en Facebook. Acabaron pactando en el convenio que solo se podrían publicar fotos de los niños en celebraciones familiares… Pero en estas que el hijo mayor colgó una foto de su padre en un momento de fiesta en verano, que sí que le supuso problemas en el trabajo al padre. Y eso fue como una lección para todos que les hizo reflexionar sobre qué estaban haciendo", afirma la abogada de familia Esther Bitriu. "Porque los padres no educan a sus hijos en el uso de las redes sociales y les acostumbran a que vale cualquier cosa”, refiere.