¿Qué hizo Montilla y qué hizo Mas en la privatización sanitaria?

El objetivo de salvar el Sagrat Cor, emprendido por Montilla, fue transformado por Mas en la vía de acceso a la red púbica de cuatro centros privados

Fachadas del Hospital General de Catalunya (izquierda), en Sant Cugat del Vallès, y de la Clínica del Vallès, en Sabadell.

Fachadas del Hospital General de Catalunya (izquierda), en Sant Cugat del Vallès, y de la Clínica del Vallès, en Sabadell. / ROBERT RAMOS

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La privatización de importantes partidas de actividad quirúrgica y asistencial que ha comenzado a desmantelar el 'conseller' de Salut, Antoni Comín, tuvo un prólogo en los últimos tiempos del tripartito con el objetivo de salvar el Hospital del Sagrat Cor, pero se ejecutó en el 2012, con Artur Mas como presidente de la Generalitat. El proceso de desprivatización iniciado por Comín ha revelado que hacer las mismas operaciones en la pública es el 12% más barato, como ha destapado EL PERIÓDICO, lo que rebate el argumento que utilizó la Conselleria de Salut en la pasada legislatura, con Boi Ruiz como titular, de que suponía un ahorro incorporar cuatro centros privados con finalidad lucrativa al Sistema Sanitari Integral d'Utilització Pública (SISCAT), es decir, a la sanidad pública, un hecho sin precedentes.

Lo que puede considerarse el preámbulo de la privatización de Mas tuvo como finalidad reflotar el Hospital Sagrat Cor de Barcelona, derivado de la antigua mutualidad de la Alianza. El centro atravesaba su enésima crisis financiera y corrían rumores de cierre de la institución, en la que trabajaban un centenar de personas. El hospital, una institución privada sin ánimo de lucro ya entonces integrada en el sistema sanitario público de Catalunya, asumía, como sigue haciéndolo, todas las especialidades médicas y tenía asignado, como sigue teniéndolo, un sector de población del Eixample barcelonés, circunstancia que justificaba los esfuerzos para evitar su cierre. Para salvarlo, la 'consellerala búsqueda de una solución en la que, en un principio, debía intervenir el Hospital Clínic, de Barcelona. El Ministerio de Economía y Hacienda, responsable de las entidades mutualistas, fue informado de ello.

LA FÓRMULA

La fórmula acordada para evitar la desaparición del Sagrat Cor fue vender su gestión a Capio, una entidad sanitaria sueca que poco después fue adquirida por IDC Salud, un grupo inversor de capital riesgo que a su vez forma parte desde hace pocos días del grupo alemán Fresenius Helios. En el 2011, Raimon Belenes, que era el consejero delegado del Hospital Clínic y que había participado en la operación, se incorporó a IDC Salud como director general de Innovación en un nuevo caso de puerta giratoria.

Mientras que el 'conseller' Comín, en declaraciones a Catalunya Ràdio, ha situado no solo la gestación del acuerdo sino también su consumación a finales de la época del tripartito, fuentes de IDC Salud sitúan la firma del contrato en el 2011-lo han reiterado hoy mismo-, ya con Artur Mas como 'president'. 

El acuerdo incluyó la derivación al Sagrat Cor desde el Clínic de un importante pellizco de intervenciones quirúrgicas de baja complejidad, que ofreció una vida económica viable al centro de la calle de Viladomat.

En cualquier caso, la privatización de un volumen importante de cirugías y el ingreso de cuatro centros privados en el SISCAT estaba por llegar. 

"LOS METEMOS EN LA RED PÚBLICA"

Según ha explicado Comín en Catalunya Ràdio, el Govern de Mas amplió en el 2012 este acuerdo con la firma de un contrato que incorporaba al SISCAT otros dos centros de IDC Salud, el Hospital General de Catalunya (HGC) y la Clínica del Vallès, ambos privados con afán de lucro. Esto es, dos centros con finalidad lucrativa pasaron a integrarse en la red pública. A estos seguirían la Clínica Ponent, propiedad del empresario Gabriel Masfurroll, y la Clínica Girona. 

"Mas aprovecha y dice: Estos hospitales que también son tuyos [de IDC Salud], los metemos en la red pública", ha afirmado Comín en Catalunya Ràdio en referencia a la Clínica del Vallès y al HGC. Se trata de los dos centros que Comín ha expulsado del SISCAT porque la situación colisionaba con las leyes sanitarias españolas.

Ambos recibieron a partir del contrato firmado por el Ejecutivo de Mas porciones de actividad procedentes de centros públicos que cerraban instalaciones, un trasvase de historias clínicas que se justificó en la saturación y el aumento de las listas de espera a que estaban conduciendo los recortes impuestos en la red pública por el Gobierno de Mas. En concreto, la Clínica del Vallès facturaba anualmente a Salut 7,5 millones de euros y el HGC, 13,5 millones. El retorno a la sanidad pública de la actividad derivada a ambos centros supondrá un ahorro del 12%.

ADVERTENCIA DE GELI

La 'exconsellera' Geli, actualmente alejada de la vida política, considera que lo prioritario para el Govern debe ser reducir las listas de espera de los hospitales públicos y atender de forma adecuada a la población. Objetivos que, añade, facilitó el hecho de que el Hospital del Parc Taulí, de Sabadell, pudiera derivar parte de su abultada lista de demoras quirúrgicas a un centro "complementario", en este caso la Clínica del Vallés. El Parc Taulí es el hospital de Catalunya que absorbe mayor proporción de población en relación a su envergadura asistencial -350.000 personas-. Geli sugiere mantener la vigilancia sobre la evolución futura de dichas listas en el ámbito del Vallés.