auge de los grupos de manipupación psicológica

"Decía que era dios"

Una joven relata el tiempo que pasó enganchada a un grupo liderado por un homeópata de Sabadell que fue condenado por abusos sexuales

testimonio secta

testimonio secta / periodico

FERRAN COSCULLUELA / BARCELONA

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Raquel (que es un nombre ficticio) explica que pasó casi dos años 'enganchada' a un grupo que, tanto ellla como el psicólogo Miguel Perlado (que ha tratado a tres afectados), aseguran que estaba basado en la manipulación psicológica. El líder y maestro, Francesc Fonollet, un homeópata de Sabadell, seguiría en activo si no hubiera sido condenado a seis años de cárcel el pasado mes de mayo por abusar sexualmente de dos pacientes.

“Era una época en la que estaba decaída y triste. Acababa de romper una relación de ocho años y había cambiado de trabajo. Un amigo me aconsejó que fuera a la consulta", comenta. En la primera visita, el terapeuta puso en duda su forma de pensar y todo lo que había hecho en la vida. Lo que había estudiado, lo que había leído.

UN CURSO PARA SANAR

Después le hizo unas pruebas para saber qué emociones le estaban perturbando. “Me dio una lista de 12 emociones, entre ellas tristeza, angustia y problemas sexuales”, dice Raquel. A partir de ahí, empezó a acudir a su consulta y luego el homeópata le propuso realizar un curso. “Se había ganado mi confianza y me dijo que tenía aptitudes para ser una buena terapeuta. Que, si quería, podía ser como él, pero tenía que renunciar a algunas cosas”, recuerda.

El curso, que duró un año, se realizaba un fin de semana al mes en Sant Cugat. Había entre 15 y 20 alumnos y la formación se basaba en aprender a amar. “Decía que la pareja era la antítesis del amor, que si nos desprendíamos de las emociones podríamos amar de verdad y sanar a la gente. Decía que él era dios”, afirma.

Nadie ponía en duda sus enseñanzas, todos pagaban religiosamente el curso y la mayoría de alumnos acudían además a la consulta del maestro, un hombre de más de 60 años de personalidad arrolladora. El curso establecía niveles, pero Fonollet (que ha declinado dar su versión de los hechos a este diario) hacía dudar a los alumnos de en cuál se encontraban.

PROPOSICIONES SEXUALES

Raquel asegura que sus insinuaciones sexuales eran constantes. “Decía que era una persona experta y que si las chicas queríamos experimentar una liberación, se lo dijéramos. Que si no, nunca podríamos sentirnos bien y felices. Decía que si trataba nuestras almas, por qué no le dejábamos tocar nuestros cuerpos”, rememora.

La joven explica que el terapeuta a veces la rozaba con sus partes íntimas cuando la trataba en la camilla, una situación desagradable que se repetía en las llamadas sesiones de abrazos. Al final del curso les dijo a los alumnos que todavía no estaban preparados y que debían repetirlo. Esa gota colmó la paciencia de Raquel, que dejó el grupo, aunque con bastante temor. “Nos dijo que había puesto un chip en nuestro interior y creía que me perseguía”, explica.