La Generalitat agiliza la retirada de armas a los mossos en los casos de baja

También les someterá a controles psiquicofísicos para evaluar su capacidad para ejercer

Dos mossos, en las Ramblas de Barcelona.

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La Consellería de Interior agilizará los trámites para facilitar la retirada de todas las armas de fuego a los mossos d'esquadra que estén de baja, que las deberán entregar si se prevé que estén más de 30 días de baja, y les someterá a controles psiquicofísicos para evaluar su capacidad para ejercer.

Así lo ha anunciado este miércoles el director de los Mossos, Albert Batlle, que ha comparecido en el Parlament para explicar los cambios en los protocolos que ha acordado la Consellería después de que el pasado 14 de abril un agente que llevaba un mes y una semana de baja mató con su arma reglamentaria a su mujer, en su casa de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), y posteriormente se suicidó.

En su intervención, Batlle ha explicado que Interior modificará con una enmienda el artículo 44 de la Ley de la Policía para introducir controles para evaluar el mantenimiento de las condiciones psíquico-físicas de los agentes para ejercer como policías, con el objetivo de revisar si están en condiciones de llevar armas de fuego.

Batlle también ha anunciado que ayer derogó el reglamento 5/2013, que establecía cómo se tenían que retirar las armas a los agentes en los casos de incapacidad temporal o riesgo grave, y que ha aprobado uno de nuevo, el 8/2016, que agiliza los trámites para que no se repita lo que ocurrió con el agente que mató a su mujer, que llevaba un mes y una semana de baja y aún no había devuelto su arma, pese a que el límite eran 30 días.

RETIRADA EN TODOS LOS CASOS

Según Batlle, el nuevo reglamento establece que, ante una baja temporal, los mandos tendrán la "obligación", en todos los casos, de retirar el arma, tanto la de dotación policial como las privadas, a todos los agentes cuando se estime que la baja será superior a los 30 días naturales.

La nueva directriz también apela a la responsabilidad de los mossos para comunicar a sus superiores si no están en condiciones de desarrollar correctamente su labor o si ven que otro compañero ha disminuido sus capacidades para ejercer su función policial, extremo que ya estaba regulado en el Código Ético de los Mossos de 2015.

También regula de forma más estricta el procedimiento para retirar el arma y depositarla en comisaría, ya que se fija la obligatoriedad de los agentes a depositar todas las armas cuando así se lo requieran sus mandos.