Catalunya falló antes y mucho más

Si la seguridad vial empieza a pintar mal en el conjunto de España, a Catalunya aún le va peor. El año pasado las muertes crecieron un 25% y en lo que va de año lo han hecho un 9,6%. ¿Cuál es el hecho diferencial? Probablemente ninguno. Parecen dos manifestaciones del mismo fenómeno, según los expertos consultados: relajación después de tantos años de buenos resultados y falta de medidas nuevas, especialmente acentuadas durante la etapa del anterior director del Servei Català de Trànsit (SCT), Joan Josep Isern.

“Ni el tema le interesaba ni tenía conocimientos en la materia”, explican fuentes del sector que prefieren permanecer el anonimato. Militante de Unió Democrática, Isern dejó el puesto en julio del 2015, tras casi tres años de mandato al disolverse la federación de CiU.

La ocurrencia del 'ranking' de autoescuelas

Su herencia la recibió la nueva directora, Eugènia Domènec, nombrada por el también nuevo ‘conseller’ de Interior, Jordi Jané. Ambos colaboraron activamente con el exdirector general del Tráfico, Pere Navarro, en la creación del carnet por puntos y la reforma del Código Penal. El último desde el Congreso de los Diputados y la directora desde la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT).

GUERRA AL TELÉFONO MÓVIL

Pese a esta experiencia previa y al margen de la herencia recibida, sus primeros pasos no han sido muy alentadores. “Los registros negativos siguen y el diagnóstico de que el principal problema son los despistes causados por el móvil no parece muy consistente”, añaden las citadas fuentes.

Jané declaró el pasado 24 de febrero la guerra sin cuartel al móvil con vigilancia desde helicópteros y cámaras a pie de carretera. Según los datos facilitados durante la presentación de esta ofensiva, el teléfono está detrás del 31% de las 261 víctimas mortales registradas en el 2015 en las vías urbanas e interurbanas de Catalunya.

Ramon Ledesma, experto de la consultora Pons Seguridad Vial, considera que se debe actuar en más frentes. “En el accidente de autocar de Freginals se perdió una gran ocasión para lanzar el mensaje de lo imprescindible que es el cinturón de seguridad también en los autocares”, advierte.

Este periódico publicó al día siguiente del siniestro que todas las víctimas mortales de la tragedia de las estudiantes de Erasmus no llevaban abrochado el cinturón de seguridad. Los que lo llevaban puesto habían salvado la vida, pero las autoridades no lo confirmaron hasta pasados unos días, probablemente para no herir la sensibilidad de los familiares. “Se perdió la gran ocasión de lanzar un mensaje, en el momento de mayor interés informativo, que podía evitar muertes futuras”, critica el especialista.