Solo uno de cada cuatro jóvenes extutelados reciben apoyo de la Generalitat al cumplir los 18 años

Centro de menores tutelados Sant Jordi, en Mataró.

Centro de menores tutelados Sant Jordi, en Mataró. / periodico

TERESA PÉREZ / BARCELONA

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Solo el 27% de los jóvenes tutelados por la Generalitat recibe algún tipo de ayuda cuando cumple los 18 años, según denuncian las entidades que trabajan con este colectivo. La escasez de recursos de la Administración y, en algunos casos, la falta de voluntad de los chavales impiden el acceso a las ayudas. Las organizaciones reclaman más dotaciones económicas y apoyo emocional y de acompañamiento. "Los chavales están muy solos", apuntan.

La Conselleria de Treball, Afers Socials i Famílies asegura que las ayudas alcanzan hasta los 21 años a todos los que solicitan un acompañamiento. María Jesús Larios, adjunta al Síndic de Greuges y encargada de la defensa de los derechos de la infancia, insiste: "Debe de haber un programa individualizado de transición a la vida adulta porque el actual no es individualizado y no llega a todos. La mayoría de edad no es mágica, hay que estar preparado". “No es cierto que exista un verdadero programa. Se quedan solos en la vida. Son mayores legales pero desamparados existenciales”, remata Jaume Funes, psicólogo educador. 

A partir de los 18 años comienza para los jóvenes extutelados el difícil reto de reinsertarse a la sociedad después de haber pasado en algunos casos por más de tres centros, y haber estado gran parte de su vida bajo el paraguas de la Administración. Carecen, por tanto, de una red externa que los proteja. El caso de los niños de la cola que ha sacado a la luz este diario es una prueba más de las dificultades con las que se enfrenta este colectivo.

SÍNDROME DE LA TUTELA

Cuando dejan el centro, la soledad se apodera de los chavales extutelados. "Tienen el síndrome de la tutela. No saben organizarse los horarios, no saben qué hacer con sus vidas", afirma Funes. Es muy habitual que acudan al centro donde han estado tutelados con la "excusa de que pasaban por aquí, porque ha sido el único sitio donde se han sentido queridos", puntualiza. En otros casos, se van a vivir a casa del novio o de la novia, pero no es una buena opción, ya que las parejas suelen pertenecer al entorno social del centro tutelar donde han pasado la infancia. "Están más solos que la una", resumen los expertos. Y citan como ejemplo un dato revelador. Algunos creen que las tortillas de patata son triangulares porque no han visitado nunca una cocina y solo tienen la referencia de lo que les han servido en el comedor del centro de acogida.

La inclusión social se les hace complicada a estas personas tuteladas que salen del centro a los 18 años. Este dato es especialmente llamativo teniendo en cuenta que el resto de los jóvenes españoles abandonan la casa de los padres a los 28,9 años de media, según el último informe de Eurostat. La Conselleria de Treball, Afers Socials i Famílias dejará de tutelar este año a 782 chavales, de los que 416 son hombres y 365 mujeres, según datos facilitados por este departamento. 

SIN PERMISO DE TRABAJO

Los jóvenes además salen del sistema de protección de la Generalitat sin trabajo y con unos estudios precarios. “El problema es grave. Más de la mitad no han superado la enseñanza secundaria obligatoria (ESO), mientras que los inmigrantes tienen muy difícil conseguir un permiso de trabajo. Así es difícil la inclusión social”, reconoce Rita Grané, portavoz de la asociación Punt de Referència, entidad sin ánimo de lucro que ofrece acompañamiento a los jóvenes extutelados. 

Con estos retos es difícil integrarse a la sociedad. "El sistema no nos acompaña, no hay red social", dice Grané. “El traspaso del centro protector a la mayoría de edad no está cuidado. No se hace seguimiento”, afirma Funes.  A su juicio, la transición a la edad adulta “necesita un acompañamiento, al menos hasta los 20 o 21 años”. La emancipación fracasa si no tienen un apoyo emocional. La Federació d'Entitats d'Atenció a l'Infància i l'Adolèscencia (Fedaia) también tiene claro que "ningún chaval está preparado para emanciparse a los 18 años, lo que hay que hacer es potenciar que siga estudiando para facilitar la inclusión".